Itinerario Político/Ricardo Alemán
A raíz de la propuesta del PRI para cerrar el financiamiento público a partidos, resurgió el debate sobre el dinero criminal “que pudiera entrar” a las campañas.
Sin embargo, tanto el presidente del INE, como los jefes de los partidos y los políticos --en general--, prefieren la complicidad y la doble moral sobre la identidad de algunos hijos bastardas de la democracia, como el voto del crimen.
Y es que le guste o no al árbitro electoral, a partidos y candidatos, no se requiere magia para saber y entender que abundan los casos de elecciones estatales y municipales --incluso federales--, que son financiadas por bandas del crimen organizado; sea narcotráfico, tráfico de personas, robo de mercancías y combustible, entre otros.
Y pueden decir misa los malquerientes de tal o cual partido, pero no se salva nadie; sea PRI, PAN, PRD y Morena.
Más aún, uno de los casos más escandalosos –de una veintena que aquí hemos documentado--, y que vincula política, elecciones y narcotráfico, lo protagonizó Morena, cuyo líder, AMLO avaló la alcaldía de la familia Abarca en Iguala, Guerrero.
Hoy está probado que Abarca compró la candidatura del PRD –en tiempos de AMLO--, y que su esposa ya tenía en la bolsa la candidatura por Morena. En los dos casos la operadora fue Yeidckol Polevnsky, brazo derecho de AMLO y de quien existe un audio cuando lava dinero para Morena.
¿Por quién votan los criminales? ¿Les interesa la democracia electoral? ¿Entienden de elecciones, partidos, ideologías? ¿Por qué financian elecciones municipales?
Está claros que en tanto empresas criminales, las bandas mafiosas tienen interés económico y político en sus regiones de influencia. En Chihuahua, por ejemplo, quien manda es el crimen, cuyos tentáculos designan a no pocos candidatos municipales. Por eso el gobierno de Javier Corral está anulado!
De los casi 50 alcaldes y ex alcaldes asesinados en los últimos 5 años, la mayoría son de Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Puebla. ¿Por qué? Porque no se plegaron o no pagaron al crimen?
Otro escándalo es el de “El Chapo” que , por ejemplo, metió la mano al PAN para imponer y hacer ganar a la llamada “chapo diputada” al Congreso de Sinaloa. En Tamaulipas no pocos mandatarios estatales del PRI han sido señalados con vínculos en el crimen organizado, mientras que el PRD llevó al Congreso al narco diputado michoacano, Julio César Godoy.
Nadie se salva y nadie sabe cuántos alcaldes, diputados locales, federales, senadores y gobernadores mantienen vínculos criminales; nadie sabe cuantas candidaturas son posibles gracias al dinero criminal.
Lo que sí se sabe es que los criminales también votan; sea con plata sea con plomo. Negarlo es creer que la sociedad es idiota.
Al tiempo.