Héroes entre nosotros: Gerardo y Logan logran rescate de víctimas
26 de septiembre de 2017
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22:57
Enrique Alcázar/Quadratín
MORELIA, Mich., 26 de septiembre de 2017.- Gerardo Sosa es originario de Zacapu, tiene 34 años, es locutor y paramédico, pertenece al H. Cuerpo de Bomberos y al igual que miles de voluntarios, acudió a la Ciudad de México a prestar ayuda a las víctimas del sismo del 19 de septiembre.
Al momento del temblor, Gera estaba al aire. El movimiento lo alertó y de inmediato pensó en los pasos que tendría que tomar. Llamó a sus compañeros y pidió apoyo a su Comandante. Todos respondieron en sentido afirmativo, el ayuntamiento los respaldó con viáticos y esa misma noche ya estaban en la capital del país.
Junto con Gera iban los paramédicos Juan Manuel Espinoza, Andrés González, Erick Damián, Claudia Vázquez y Logan, un Dálmata de 3 años con el que hace un binomio laboral de rescate. Precisamente gracias al can y a su adiestramiento, los elementos de Marina les abrieron paso y permitieron que colaboraran en el rescate de las víctimas.
Las primeras 72 horas son vitales, no hay tiempo qué perder. La vida corre peligro, la falta de agua, alimentos, oxígeno y posibles lesiones pueden acabar con la existencia de los sobrevivientes. Afortunadamente, el binomio tuvo resultados positivos, logró identificar a dos menores entre los escombros, y entre varios voluntarios más pudieron rescatarlos.
Gerardo Sosa, desde los 12 años, quería ser rescatista, por eso se acercó a Protección Civil, se capacitó también en la Cruz Roja y desde los 17 años es Bombero Voluntario. Ha recibido diferentes cursos, pero lo suyo son los incendios y el rescate en espacios confinados. A Logan lo recibió de unas cuantas semanas de nacido y al día de hoy es su compañero inseparable. Salen juntos a pasear, a correr, lo baña y duerme dentro de la casa "no es un perro, es mi compañero y así lo trato, algunos se incomodan en ocasiones porque lo cargo a todos lados, pero cómo no hacerlo si se la juega contigo".
Logan olfateó la vida, pero también la muerte, y con sus ladridos alertó a más compañeros para continuar con el rescate. En entrevista con Quadratín nos comparte que fueron tres días los que estuvieron en la capital del país, lo mismo en la colonia Roma que en la de El Valle. El común denominador era el ánimo de la gente por ayudar, aunque algunas hayan aprovechado para obtener un beneficio (no lo dice, pero sugiere con su actitud robos y actos de rapiña). La ciudad se paralizó y hubo quienes trataron de sacar ventaja.
Somos más los buenos
Gerardo Sosa no regatea reconocimiento a todos los voluntarios anónimos, entre ellos cita el caso de un enfermero del IMSS Morelia de nombre Neza, que allá conoció. "Escuchó que éramos de Michoacán y trabajamos juntos en el rescate; él no pidió permiso para acudir, con sus propios recursos viajó y ya estando en la CDMX se reportó a su centro de trabajo donde le justificaron sus ausencias". Como él, fueron miles los que demostraron que somos más los buenos.
A pregunta expresa admite que la vida le cambió: "te da fe y esperanza de creer en México, de darte cuenta que no todo está mal, que unidos lo podemos hacer bien". Hace una pausa y recuerda que estando bajo los escombros hubo una réplica, no muy intensa, pero lo suficiente para creer que ahí acabaría todo. "La vida pasa frente a uno en un segundo, pero somos más los que queremos salir adelante y poner en alto el nombre de Michoacán y de México".
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