La acidez de las mariposas/Fernando López Alanís
“La acidez de las mariposas” es un título que disfraza la “ph” del sexo femenino, así como las menstruaciones y el placer… y también las náuseas del embrazo. Todo el texto de la obra es una referencia constante a las características físicas y a la migración de las mariposas monarca, siempre viajando, comenzando siempre un viaje de ida y vuelta sin final, siempre hermosas. En contraste el sexo masculino es una larva mal oliente, que deja su mal olor, y que nunca se convertirá en mariposa.
“La acidez de las mariposas” es el título de una obra para teatro en un acto, cuya autora es Mónica Perea, y en la que dirige y actúa una mujer amante del teatro y muy entusiasta, Luisa Fernanda Ortiz. La obra es en realidad un monólogo actuado por dos actrices que parecen dialogar, pero que en realidad son ecos de sus propias palabras, un reflejo de sí mismas como personajes; no se complementan, son la misma. El mejor símbolo de esta característica es el de las coronas, que en dos momentos climáticos una pone a la otra, pero las coronas son idénticas.
(Me dieron el nombre de la otra actriz, Caterín Alcaraz, pero increíblemente no pude corroborarlo porque no aparece en los carteles promocionales, y tampoco hubo programa de mano. Así que una disculpa también ella, quien tuvo un buen desempeño, y merece igualmente nuestras felicitaciones.)
La obra se viene presentado desde marzo de este año, y tal parece que seguirá en las carteleras, pues nos anunciaron que se presentará en Uruapan. Es un teatro fresco, juvenil, que quiere gritar sólo uno de los problemas de nuestra juventud, sin ofrecer soluciones.
Originalmente la obra es de “Capuchinas Teatro”; nosotros asistimos a la representación que hicieron en el “Foro la Ceiba”, que se ha convertido en un referente necesario del llamado teatro emergente, o experimental, o como se quiera denominar, con todo el amor y dedicación de Lucy Díaz, su administradora. Saludos a todos, cordialmente.
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