Libre expresión/Carlos Alberto Monge Montaño
LIBRE EXPRESIÓN…
Por: Carlos Alberto Monge Montaño.
El Peje y sus adquisiciones.
“Los hombres, tal como son, se inclinan por naturaleza a ir en pos del dinero o del poder, y del poder porque vale tanto como el dinero”… Ralph Waldo Emerson (1803 – 1882). Poeta y pensador estadounidense.
La política nacional ha alcanzado tal nivel de pragmatismo y hasta prostitución ideológica, que genera una cruda incertidumbre de cara al 2018, cuando debemos elegir al nuevo Presidente de México.
Un ejemplo es lo que sucede en torno a Andrés Manuel López Obrador, su partido Morena y su peligroso mesianismo que lo hace sentirse el bueno, el tocado por la gracia divina, el que decide quiénes merecen segundas, terceras o cuartas oportunidades.
López Obrador el que al más puro estilo de la Chimoltrufia, como dice una cosa dice otra, al que se le olvida que él también es parte de lo que llama la “Mafia del poder”, el que ha cambiado de “chaleco” o traicionado según las circunstancias, ahora mantiene abiertas las puertas de su partido para dar cabida a cuanto lo ve como el “Rayo de la Esperanza”; personajes que se acercan para de menos, mantenerse cobrando del dinero público y continuar su vida de virreyes en medio de la desigualdad.
Esta semana dos michoacanos de lamentable memoria, confirmaron lo que ya era evidente, quieren apoyar y ser recibidos por “El Peje” rumbo a Los Pinos; se trata de Leonel Godoy Rangel y Raúl Morón Orozco.
Y a menos que usted, estimado lector, no tenga buena memoria, pero resulta inevitable recordar el mini gobierno de Godoy Rangel, en medio de una batalla estúpida con el entonces Presidente de México Felipe Calderón Hinojosa, época en la que multiplicó la deuda heredada por Lázaro Cárdenas Batel, hasta llevarla a 16 mil millones de pesos con la banca privada y una cifra similar con terceros institucionales.
Su gobierno será recordado además por usar el dinero de particulares y sindicatos sin el menor escrúpulo, por ser opaco, con dudas en la ejecución de obra pública como el caso de la presa Francisco J. Múgica y por la compra de los integrantes de la Septuagésima Primera Legislatura para que le autorizaran cada uno de los créditos que solicitó durante su administración.
El ahora senador perredista, Raúl Morón Orozco, no ha logrado ser congruente ni en su forma de vestir, renuente a usar traje como diputado local por considerar que no resultaba apropiado para su ideología, terminó por usarlo prácticamente de diario, como el pragmatismo partidista lo estipula, si quieres regodearte entre senadores, por ejemplo.
Le tocó coordinar la bancada perredista que le otorgó cuanto crédito quiso disponer Godoy Rangel, y además, como un cheque al portador, sin restricciones, sin un listado que lo obligara a definir y transparentar en qué lo ocuparía.
Tiempo en el que también arropó a Baltazar Gaona Sánchez, personaje que ha gobernador varias veces el municipio de Tarímbaro y que no tuvo empacho en decir en el Pleno Legislativo cuando fue diputado, “todos semos corruptos”. Luego la Auditoría Superior de Michoacán lo sancionó y en medio de semejante tristeza, Raúl Morón lo acompañó a su comilona de respaldo.
Godoy Rangel y Morón Orozco, son las nuevas adquisiciones de un Andrés Manuel López Obrador que en su pragmatismo y mesianismo, se ha rodeado de personajes de lamentable memoria como el ex priista Manuel Bartlett y el ex panista, Lino Korrodi, sólo por mencionar un par de grotescos ejemplos, porque la lista es larga.
Lo lamentable, no es sólo que López Obrador y sus pésimos súbditos de partido no sean una opción para gobernar al país, lo realmente grave es que el tiempo de las definiciones se acerca y considero que no ha surgido todavía el personaje, ya sea de un partido, del Frente Amplio Democrático o desde la candidatura independiente, que genere certidumbre para el futuro de un país vapuleado, incrédulo y hasta desesperanzado.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.