Calor y rechinido de maquinaria, emblemas de las tortillerías
MORELIA, Mich., 26 de julio de 2017.- El calor y el rechinido de la maquinaria se funden y escapan del local que ocupa la tortillería, donde la gente -amas de casa, estudiantes, albañiles, niños, jóvenes, personas de la tercera edad- espera impaciente su turno.
Huele a maíz, a tortilla recién cocida. A un lado de la báscula, permanecen el salero y un recipiente con salsa, como para invitar a los clientes a probar el sabor del alimento mexicano, costumbre que parece casi extinta en la mayoría de las tortillerías; en el muro del otro extremo, cuelgan pliegos de papel para envolver las tortillas y una lista de precios.
La manguera de la pipa se extiende a la azotea, donde algún hombre realiza maniobras para suministrar gas, mientras el empleado de la Comisión Federal de Electricidad entrega a la encargada del negocio el recibo por el consumo eléctrico., el cual, por cierto, se suma al del agua.
Ya en el lapso del mes, la mujer recibió la visita de inspectores de dependencias municipales y federales, quienes en una contradicción de definiciones por la altura a la que debe encontrarse el extintor, le aplicaron una multa; pero también le sorprendió una notificación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y un aviso del Instituto Mexicano del Seguro Social. Debe pagar multa, recargos, intereses y más impuestos. Ahora espera, en cualquier momento, al dueño del local para pagarle la renta.
Casi enfrente y a unos metros de su negocio, operan dos establecimientos con comal, donde las mujeres “echan” tortillas. Con una inversión muy inferior y sin pagar renta, impuestos, seguridad social y tarifas excesivas de agua y electricidad, parecen multiplicarse esa clase de giros en las salas de las casas, en las cocheras, en pequeños locales.
Acalorada y preocupada, la dueña de la tortillería atiende a sus clientes habituales, a la gente que mira la escala de la báscula para comprobar que el peso sea exacto, a las personas que reclaman por el cobro de papel, al mismo tiempo que los consumidores de la tienda de abarrotes compran el mismo producto envuelto en pliegos anónimos, en plena competencia desleal.
La declaración
De acuerdo con el presidente de la Asociación Michoacana de Industriales de la Masa y la Tortilla, Roberto Sánchez Contreras, los empresarios legalmente establecidos en el ramo pierden terreno ante la competencia desleal por parte de las mujeres que instalan comales en sus casas y de quienes escondidos en la oscuridad de las actividades informales, operan desde la madrugada con la intención de distribuir el producto en incontables tiendas del municipio de Morelia.
Según datos de la agrupación, en Michoacán existen alrededor de cinco mil tortillerías formalmente establecidas, las cuales generan cerca de 20 mil empleos directos; sin embargo, las dueñas de comales arrebatan 15 por ciento del mercado, mientras aquellos que trabajan tras los muros de sus casas para posteriormente, cada mañana, distribuir el producto en tiendas de abarrotes, carnicerías y otros giros, se apoderan del 50 por ciento del negocio.
Sánchez Contreras atribuyó, en entrevista para Quadratín, que el cierre, este año, de 10 tortillerías en Morelia y aproximadamente 80 en la entidad michoacana, se debe, precisamente, a la competencia desleal que se registra en el sector sin que las autoridades correspondientes intervengan, lo cual se suma, evidentemente, a la crisis económica provocada, entre otros factores, por devaluación, inflación, incrementos a combustibles e insumos y encarecimiento del dinero durante los últimos años.
Se quejó en el sentido de que mientras las tortillerías formalmente establecidas pagan empleados, seguridad social, impuestos locales y federales, tarifas caras de agua y electricidad, renta, contaduría pública y diversos conceptos inherentes a los procesos productivos, los otros, las “comaleras” y los dueños de los negocios que operan informalmente, burlan a las autoridades, dañan al sector y no aportan a la economía local.
Sánchez Contreras recordó que el reglamento que estipula que las tortillas que comercializan las tiendas de abarrotes y otros establecimientos deben contar con envolturas específicas e incluso presentar los datos del productor, o de lo contrario se harán acreedores a multas y sanciones, es lo que llaman en México “letra muerta”.
Refirió que frecuentemente ha llamado a las autoridades correspondientes del Ayuntamiento de Morelia y la Secretaría de Salud en la entidad con el propósito de exhortarlas a que emprendan acciones de supervisión dentro de las tiendas del municipio, apliquen el reglamento aprobado el año pasado y sancionen a aquellos que no lo cumplen, sin obtener resultados satisfactorios de su parte.
El dirigente de los industriales de la masa y la tortilla en Michoacán, denunció la ausencia de interés de las autoridades para ejercer su función y castigar la impunidad con que operan quienes producen miles de kilos diarios de producto para distribuirlos en las tiendas sin pagar impuestos.
Son personas que trabajan durante las madrugadas y distribuyen las tortillas desde muy temprano, lo mismo en tiendas de abarrotes que en carnicerías y verdulerías, declaró Sánchez Contreras, quien urgió a los gobiernos a actuar y aplicar la ley severamente contra quienes evaden impuestos.
Por lo demás, el líder empresarial manifestó que durante el lapso de vacaciones de verano, las tortillas legalmente establecidas en Morelia, resentirán un descenso de 30 por ciento en sus ventas, ya que tradicionalmente amplio porcentaje de estudiantes y profesores suelen marcharse a sus poblaciones de origen.
Para concluir, Sánchez Contreras admitió que contrariamente a los problemas que se suscitaron el año pasado con los incrementos excesivos de maíz por parte de los sinaloenses, actualmente se encuentra estable porque existe competencia con la producción de Michoacán.