Filicidas: razones que les llevan a cometer lo irracional
MORELIA, Mich., 6 de junio de 2017.- Mujeres que han asesinado a sus hijos y que han sido tratadas psicológicamente en la prisión presentan autoestima deteriorada, están descuidadas en lo físico y emocional, son generalmente resentidas y tuvieron una infancia sufrida con madres golpeadoras, y con sentimientos de culpa por su género, asegura una experta en el ramo.
Con más de 15 años al servicio del sistema penitenciario dentro y fuera de Michoacán, Mónica Sendejas ha tenido la oportunidad de tratar un nutrido número de mujeres acusadas por asesinar a sus hijos, en su mayoría niños y niñas menores de siete años.
Entre las características que ha logrado identificar en estas mujeres, destaca que son mujeres resentidas, con un comportamiento violento para esconder su vulnerabilidad ante situaciones adversas y su deseo por evitar que sus menores hijos repitan su historia de dolor, golpes, amargura, abuso físico psicológico e incluso sexual.
Entre las coincidencias también se encuentran la imposición de obligaciones durante la infancia relacionadas con la maternidad, como lo es encargarse del cuidado de sus hermanos menores, aun siendo muy jóvenes.
Acotó: "no existe una receta para identificar a mujeres con tendencias a matar a su prole; sin embargo, es posible encontrarse con situaciones irregulares que pueden prevenir una muerte violenta de un menor; por ejemplo, un niño que es llevado dos veces al mes al doctor...".
En estos casos se trata de niños que están sufriendo maltrato de su madre porque ésta clama por atención de su pareja o familia, entonces pasa que se les cae seguido, sufren incidentes como tragarse una moneda, solo por citar un ejemplo, señaló la psicóloga.
También, destacó Mónica Sendejas que entre los homicidios existen variables importantes, mientras unas asesinan de manera rápida y sin dolor, otras los traumatizan y provocan sufrimiento.
En últimas fechas, en Michoacán los homicidios de menores los hicieron en su mayoría las madres, con un número menor de crímenes de parte de los padres, al menos los que se han hecho públicos.
Entre marzo de 2014 y abril de 2017, en Michoacán han fallecido seis niños a manos de sus madres, tres sobrevivieron a un intento de asesinato y la muerte de cuatro recién nacidos no se ha resuelto.