Itinerario Político/Ricardo Alemán
Seguramente la previa al 4 de junio será “la peor semana” –en muchos años--, que han vivido Morena, su propietario y sus gerentes.
¿Por qué?
Porque como ocurre en momentos de crisis, la desesperación y el miedo exhibieron lo peor de los políticos y los partidos; apareció las miserias humanas.
Y en el caso de Morena, su propietario y sus gerentes, el miedo es por el temor a la derrota que huelen en el estado de México, en donde su candidata pierde electores al tiempo que el dueño del partido y sus generales enseñan el cobre.
Y no, no hablamos de la penosa súplica pública –en cinco ocasiones--, del dueño de Morena quien pidió desesperado una alianza con las llamadas izquierdas. En realidad nos referimos al insulto reiterado a Peña Nieto, a las instituciones, los periodistas, ciudadanos y, en general, a la democracia toda.
Y es que la cadena de insultos, ofensas y disparates –que asoman desequilibrio emocional--, confirman lo que en 2006 pareció guerra sucia pero que hoy parece un diagnóstico y preocupa a muchos más; que Morena y su propietario son “un verdadero peligro para México”.
Apenas ayer, por ejemplo, el Consejo Coordinador Empresarial –en voz de su presidente, Juan Carlos Castañón--, alertó del riesgo de los populistas y pidió a los mexicanos ver el espejo de Venezuela, para entender el peligro de los políticos que proponen seguir ese modelo. Alusión contundente, a seis días del 4 de junio.
Pero todo se precipitó para Morena y su dueño cuando El Universal difundió la cuarta versión del video en donde Eva Cadena –“la recaudadora”--, reveló que Rocío Nahle –diputada federal y colaboradoras de AMLO--, era la verdadera “recaudadora” de Morena en Veracruz.
El nuevo video desató la furia de Obrador quien –ya sin ningún límite--, insultó al presidente Peña Nieto, al secretario de Gobernación y al gobernador de Veracruz, quienes según el dueño de Morena, habrían puesto una trampa a Morena y sus ingenuos seguidores.
Curiosamente, el problema no era la corrupción y/o la razón por la que Eva Cadena asistió a los encuentros para recibir dinero, sino que para AMLO el problema fue que “le pusieron un cuatro”. Es decir, en Morena “no son corruptos, sino pendejos”. Cinismos tal que el de “la recaudadora” se convirtió en pregunta obligada para AMLO.
Pero las raterías de Cadena y Nahle eran parte de un escándalo mayor. Y es que durante toda la campaña electoral de Morena en el estado de México, la candidata, Delfina Gómez, fue exhibida como delincuente, ya que en su gestión como alcaldesa de Texcoco se llevó todo el dinero que pudo, para financiar a Morena en esa entidad.
La nube estaba cargada –con las raterías de Eva Cadena, de Rocío Nahle, de Delfina Gómez y la insistencia de Morena de aparecer como promotor del gobierno de Nicolás Maduro en México--, cuando cayó sobre Obrador el huevo podrido.
¡La mafia del poder acosaba a Obrador a guevazos…!
Pero el autoguevazo –porque el huevo fue lanzado para victimizar a AMLO--, en realidad contrastó aún más el escándalo de la alianza de Delfina Gómez con la profesora Elba Esther Gordillo. Y es que el discurso de la “mafia del poder” se convertía en ridícula parodia, frente al hecho cierto y probado de que la señora Gordillo --destacada integrante de la mafia del poder--, en realidad se había aliado con AMLO. Pecado de lesa honestidad.
Así, el partido rojo, su dueño y sus gerentes habían creado la tormenta perfecta.
Y entonces vinieron las entrevistas. Acostumbrado a los interrogatorios a modo, el dueño de Morena no pudo contener a su favorita, Aristegui, quien tampoco pudo evadir lo evidente; raterías y contradicciones de Morena. Vino el regaño, el insulto y la ofensa a Carmen.
Luego tocó el turno del tolerante Pepe Cárdenas, periodista que una y otra vez aguantó… hasta que el insulto fue mayor. “Difamador”, fue lo menos que le dijo AMLO. La intolerancia y el autoritarismo sublimados.
Todo mientras el PRD y Movimiento Ciudadano rechazaron los llamados de AMLO; mientras Morena se convirtió en el verdadero promotor de Juan Zepeda.
Entonces el pánico se apoderó de la empresa familiar llamada Morena. Un gerente de apellido Ackerman inventó una encuesta mentirosa que decía que Delfina adelantaba a Del Mazo. Rocío Nahle inventó una fotografía en donde impostó a la mujer que habría lanzado un huevo a AMLO, mientras Obrador insultó a la sociedad toda al proponer al gabinete de Delfina. Se confirmó como titiritero.
La tormenta perfecta. De 30 articulistas de lunes, casi 20 madrean a AMLO, incluso algunos de sus leales.
La peor semana de AMLO. ¿El castigo se mete a las urnas?
Al tiempo.