Obligada, protesta de periodistas para exigir seguridad
MORELIA, Mich., 17 de mayo de 2017.- Tras la muerte del periodista Javier Valdés del semanario Río Doce de Sinaloa, se empezó a gestar una protesta y marcha de periodistas en distintos estados del país.
Cuando trascendió el brutal ataque a Sonia Córdova y su hijo Jonathan Rodríguez del Costeño de Autlán en Jalisco, donde falleció este último, se hizo una obligación la protesta, que inició desde el pasado martes en otras ciudades. Hoy le tocó a Morelia.
Desde los distintos grupos de WhatsApp periodísticos empezaron a ponerse de acuerdo. Primero algunos comenzaron a cuestionar: "¿a poco no vamos a hacer nada nosotros?" "Organízalo tú" respondían otros. Un gremio acostumbrado a la no asociación, en franca competencia siempre por reportar primero a sus medios.
Con el pasar de las horas se hizo más fuerte el deseo de organizarse. Surgió entonces una propuesta con una imagen de fondo negro donde sobresalía una máquina de escribir en color rojo. Corrió por todos los chats. Ahí se anunciaba que la cita para marchar y protestar sería el miércoles 17 de mayo a las 8:30, para salir en punto de las 9:00 horas.
Con el correr de las horas corrieron otras propuestas como ir vestidos de negro.
El miércoles, en las distintas mesas de redacción ya era parte de la agenda por cubrir. ¿Cómo organizarse y marchar un sector acostumbrado a cubrir ese tipo de eventos? Cómo pasar de ser el evento a cubrir a ser parte del mismo evento que se debe cubrir?, ¿quién entrevista a quién?
Quince a las nueve apenas era poco más de una veintena de periodistas reunida en la plaza Villalongín. Para las nueve, el grupo superaba los 50. En ese momento compañeros de profesión entrevistaban a sus mismos compañeros, y en un costado de la plaza, los periodistas Andrés Resillas y Patricia Monreal, eran entrevistados con cámaras y micrófonos, una imagen muy común en el trabajo de todos los días.
Había dos mantas sobre un jardín de la plaza, una rezaba: "QUIEN MATA A UN PERIODISTA ATENTA CONTRA LA SOCIEDAD" con el hashtag #NiUnPeriodistaMás. La otra era del Comité de Familiares de Personas De, Desaparecidas en México, en la que se leía: "¡Alzando voces por la defensa de los Derechos Humanos!".
Había también dos mantas pequeñas a manera de pendones, con imágenes de dos periodistas desaparecidos: Antonio García y Ramón Ángeles Salpa, quienes fueron detenidos y desaparecidos por autoridades.
A las nueve con 20 minutos inició la marcha con más de 60 periodistas de distintos medios locales y estatales. El grupo obstruyó el carril de oriente a poniente de la avenida Madero, lo que generó el desvío y contención de automóviles, por tanto la molestia de los conductores. Una patrulla de la Policía Michoacán cerraba el contingente.
"Cómo andas", le preguntaba un reportero al otro, "chambeando y participando", contestó, "es que está cabrón", "está de la chingada", siguieron comentando los compañeros, que al igual que muchos, entraban a la marcha para participar, y salían de ésta para cubrirla.
"¡Seguridad y derechos laborales, prensa no disparen!", "¡Ni uno más!", "¡No al silencio!", "¡En luchas como estas habrá muchos caídos, por eso reclamamos a los desaparecidos!", "¡No más censura!", fueron algunas de las consignas que se escucharon durante el recorrido por la Madero. Algunos automovilistas que viajaban en sentido contrario a la marcha, gritaban a favor de los manifestantes.
El fotoperiodista Gerardo Mosqueda, conocido en el medio como 'El Gato', se pintó el rostro de rojo, para simbolizar a los compañeros abatidos.
El contingente paró en la plaza Melchor Ocampo, donde la periodista Patricia Monreal comenzó a leer un texto. En un momento los compañeros le gritaron: "¡con más güevos!".
Monreal retomó con más fuerza el texto, donde, además de manifestar la pena que embarga al gremio de periodistas por los recientes asesinatos, hizo un recuento de los periodistas asesinados en los últimos años a nivel nacional, donde incluyo a los del medio estatal.
Habló sobre la falta de condiciones laborales en el medio, corrupción, bajos salarios, falta de prestaciones, despidos injustificados, retención de sueldos y censura entre otras cosas a las que se enfrenta el periodista como parte del quehacer de cada día.
Pasaron también los compañeros Carlos Hurtado, Dalia Villegas y Andrés Resillas, quienes pidieron al gremio no callarse y no dejarse amedrentar, pidieron también buscar que se legisle y se proteja el trabajo periodístico con la ley, "porque ahorita no tenemos nada, nada compañeros".
Sugirieron entonces llevar las pancartas, mantas y cartulinas para pegarlas en el Congreso del Estado, en la parte de arriba, "para que la clase política también esté enterada", señaló Resillas.
A las diez de la mañana terminó la marcha-manifestación, y el grupo de periodistas, con la esperanza de reunirse por razones diferentes a la muerte, se empezó a disgregar para irse a trabajar, porque los medios no paran, porque la búsqueda de primicias e inmediatez no se detiene, porque la búsqueda de la nota se lleva en la sangre, aunque ésta corra cada vez con mayor frecuencia en este México de contrastes.