La criminalización de las víctimas
CDMX, 14 de mayo, 2017.- La violencia y la impunidad en México cada vez se alimentan más de una serie de prácticas discursivas que construyen fielmente la figura del enemigo para después criminalizar a la víctima. Es común que la enunciación de los discursos de las autoridades e instituciones nos remita a observar cómo se nominaliza negativamente a las víctimas, por ejemplo, el 31 de enero de 2010, fueron ejecutados 16 jóvenes durante la celebración de una fiesta en Ciudad Juárez, y la presidencia encabezada por Felipe Calderón Hinojosa, lejos de expresar las condolencias a la familia de las víctimas, ofreció un discurso en el que aseguraron que las víctimas eran pandilleros.
En respuesta, Luz María Dávila, quien perdió a sus hijos Marcos y José Luis Piña, dos semanas después detonó las protestas que cercaron a Calderón Hinojosa, a los secretarios de Estado y a las autoridades locales, a su visita en la localidad. La madre de las víctimas le dio la espalda al michoacano cuando comenzó a hablar ante un grupo de representantes de la sociedad civil.
Calderón trató de ofrecer disculpas por haber dicho que el homicidio de los adolescentes fue en un pleito entre pandillas, sin embargo, la señora negaba con la cabeza todo lo que escuchaba, y manifestó que las madres de las víctimas sólo querían que el Presidente se presentara, que diera la cara y que ahí mismo, públicamente, se retractara de todo lo que dijo.
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