Procesión del Silencio en Morelia, misticismo y tradición
MORELIA, Mich., 14 de abril de 2017.- Misticismo y tradición convergieron en la Procesión del Silencio en Morelia, manifestación de fe y religiosidad con que los devotos católicos acompañan en su pesar a la Virgen María por la pérdida de su único hijo.
Un total de 22 cofradías partió de la calzada Fray Antonio de San Miguel, en punto de las 19:30 del Viernes Santo en un recorrido que a lo largo de la avenida Madero y ante la mirada de no menos de 25 mil personas les llevaría a la Catedral y al templo de Las Capuchinas.
A semejanza del año anterior, los asistentes iluminaron mediante cerca de 5 mil veladoras el paso de las cofradías, que custodiaron sobre sus hombros las imágenes de la Virgen de la Soledad y de Jesucristo.
Si bien en un inicio la persistente luz de las últimas horas de la tarde menguó la solemnidad de la Procesión del Silencio, a su arribo a la Catedral los contingentes contaron con el amor de la noche, que dota a los devotos participantes con el entorno propicio para recrear el duelo de la madre por su hijo recientemente fallecido en la cruz.
Reproducción en sus inicios de la Procesión del Silencio que tiene lugar en de Sevilla, España, tarifa al nuevo mundo por el fraile Joaquín Altamirano, el ritual celebrado en Morelia es una muestra de dolor y pasión, a la vez que uno de los momentos culminantes de la Semana Santa católica.
El compás de los tambores y el sonido de las matracas, las antiguas y renovadas imágenes sacras, las leyendas piadosas sobre carteles a hombros de los caminantes, una tradición que marca el tiempo precedente a la principal festividad de la cristiandad y que recoge las pruebas de devoción, arrepentimiento y penitencia que se ofrecen a María.
Una tradición que sobrevive en el tiempo
Morelia es el escenario de una de las procesiones del silencio con mayor arraigo y reconocimiento en el país, una práctica de procedencia europea que se inició en la época colonial, para con las leyes de Reforma, que proclamaron el laicismo lo del estado, prohibieron las manifestaciones religiosas.
Sería en 1976 cuando el padre Joaquín Altamirano Rodríguez impulsó el resurgimiento de esta procesión, en el barrio de Las Capuchinas, donde acompañado por un pequeño número de feligreses ofrecieron su pésame a la Virgen de la Soledad, a la manera de las honras que recibía Nuestra Señora de la Esperanza Macarena, en Sevilla.
A partir de 1991 la Procesión del Silencio salió del barrio de Las Capuchinas para abarcar la avenida Madero, donde se implementó la costumbre de imponer la oscuridad al recorrido para acentuar su solemnidad.
Cabe destacar que gran parte de las imágenes sacras que son incluidas en la Procesión del Silencio de Morelia corresponden a la Colonia, en participar datadas en el siglo XVI; para esta conmemoración son engalanadas con adornos de oro, plata y pasta de caña; asimismo, se cuentan con artesanías elaboradas por creadores michoacanos que han engrandecido la magnificencia de esta expresión que conjunta el más puro sentimiento de fe con la tradición centenaria.