Desde el lenguaje se minimiza a la mujer; promueven discurso no sexista
08 de abril de 2017
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8:35
Dalia Villegas Moreno/ Quadratín
MORELIA, Mich., 8 de abril de 2017.- Con palabras excluyentes, omisivas u ofensivas, desde el uso del lenguaje se neutraliza y oculta al género femenino, lo que alimenta estructuras culturales e ideológicas arraigadas que se manifiestan en diversos tipos de violencia, advirtieron especialistas, quienes conminaron a comunicadores y periodistas a no propiciar ni replicar estas dinámicas discursivas.
En el marco del taller: Lenguaje incluyente y no sexista en los medios de comunicación, impartido por la periodista Sara Lovera López, durante cerca de tres horas la ponente hizo una exposición dirigida en tres ejes temáticos: la relevancia de la declaratoria de la alerta de género; la violencia en los medios de comunicación y el lenguaje sexista.
Sobre la alerta de género, explicó el procedimiento jurídico para que llegue a emitirse en determinada zona geográfica y las implicaciones de esto a partir de la movilización del aparato institucional ante manifestaciones de violencia, generalmente feminicidios consumados en asesinato, pero reprobó que el tema se ha politizado y ha devenido en una “moneda de cambio”.
Al referirse al tratamiento de la información sobre hechos de violencia en los medios de comunicación, la reconocida feminista, editorialista, escritora, defensora de los derechos humanos y la igualdad de género, consideró que se debe asumir mayor responsabilidad y rigor periodístico en el manejo de la información, que llega a ser sesgada, morbosa y a revictimizar.
Con relación al lenguaje sexista, referido al uso generalizado del género masculino mediante palabras socialmente aceptadas y culturalmente compartidas, como: “los padres de familia”, en lugar de “las madres de familia”; “los científicos descubrieron”, aunque entre este grupo haya mujeres, quienes son invisibilizadas, lo que constituye un acto de violencia y discriminación.
La especialista dejó claro que el discurso incluyente no se configura desde la “inclusión formal” de “ellas y ellos”, sino a partir del relato periodístico en el que verdaderamente se abre espacio y se hace visible la presencia de las mujeres “médicas”; “soldadas”; “ministras”; “ingenieras”, “presidentas”.
Al señalar que la lengua es un ente vivo que debe adaptarse a los cambios sociales, señaló que los organismos como la Real Academia de la Lengua Española (RAE), que, junto a otros, detenta el poder sobre las reglas de uso del lenguaje, debe admitir que estos cambios son una realidad, y actualizar sus diccionarios, donde actualmente no se localizan verbos, como “feminizar”, dijo.
La periodista se refirió al poder del lenguaje, reconoció su naturaleza subjetiva, política y tendiente a la ponderación de conclusiones ideológicas, por lo que conminó a los comunicadores y periodistas a la reflexión permanente sobre el uso discursivo y ejercicio de este poder, así como a la asunción de un compromiso ético con la responsabilidad de informar.
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