Directivos y docentes, primeros en excluir a niños discapacitados
MORELIA, Mich., 31 de marzo de 2017.- Con excepción de uno que otro niño o adolescente, cuya condición económica les ha allanado el camino, la mayoría de los menores que padecen alguna discapacidad padecen discriminación al ser rechazados por directores y docentes de instituciones de educación pública básica, en su intento de incorporarse a la primaria o secundaria.
Así lo expuso en entrevista con Quadratín Lilia López Díaz, responsable del programa de licenciatura en Educación Especial, del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación (Imced), al advertir que las distintas formas de discapacidad, motriz, visual, auditiva o intelectual, más que per se, se manifiestan a partir de la exclusión social.
“Con la mano en la cintura un director dice ‘no’, y a nivel laboral, las empresas tampoco dan trabajo; hay uno que otro niño o joven que económicamente está bien, y el dinero le ha facilitado la vida, pero la mayoría batalla con la discriminación, porque la realidad es que no se cuenta con la infraestructura ni con la capacitación”, comentó.
Sin embargo, la especialista en Educación Especial, también coordinadora del 19º Coloquio de educación especial: Inclusión en la discapacidad, espejismo o realidad, celebrado en el Imced, dijo que, pese a estas limitaciones, hace falta fortalecer la sensibilización social, y principalmente la implementación de estrategias legislativas y políticas públicas concretas, que garanticen la plena inclusión de este sector.
“Desde hace muchos años hemos buscado que los docentes acepten a los niños, que vayan a escuelas que les queden cerca de su casa, ese ha sido un reto tremendo, que los niños sean respetados como personas, que no les pongan trabas; el reto es ese, la inclusión es eso: tratarlos igual que a cualquier otro niño”, comentó.
Recordó que en la estadística más actual, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2014 reveló que en Michoacán existen alrededor de 13 mil 200 niños atendidos en los Centros de Atención Múltiples de Educación Especial, y en las Unidades de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER), primeros centros de separación de estos menores del resto de los espacios comunes de la sociedad.
“El problema es que no es tanto la discapacidad en sí, sino la sociedad. Si hubiera algo tan elemental como rampas para el desplazamiento, transporte adecuado, no hablaríamos de discapacidad, pero el ambiente y las condiciones son las que constituyen la exclusión, esto es lo que hay que cambiar, es un tema de corresponsabilidad entre sociedad y gobierno”, expuso Lilia López Díaz.