Hasta 20% de niños en escuelas padece un trastorno psiquiátrico
MORELIA, Mich., 31 de marzo de 2017.- Entre un 10 y un 20 por ciento de niños y adolescentes padece algún trastorno psiquiátrico que se manifiesta en el salón de clases, con menores ansiosos, depresivos con problemas de adaptación, aprendizaje y conducta, señaló el médico psiquiatra Alberto López Díaz, al referirse a la importancia de la salud mental en los centros escolares.
Al participar en el 19º Coloquio de educación especial: Inclusión en la discapacidad, espejismo o realidad, con su charla: La salud mental en las escuelas y la inclusión de las personas con discapacidad, el especialista señaló que la salud mental de los menores se configura a partir de la educación misma y de las dinámicas del entorno familiar y social, por lo que éstas deben encaminarse hacia la prevención.
El médico psiquiatra, miembro del hospital psiquiátrico Fray Bernardino, con sede en la Ciudad de México, señaló que factores sociales como la crisis económica, la falta de oportunidades, la inseguridad y la violencia, se traducen en trastornos de ansiedad en los padres de familia, cuyos hábitos y conductas repercuten a su vez entre sus hijos, quienes manifiestan trastornos de ansiedad, afectivos, de aprendizaje y conducta.
De igual manera, comentó que los profesores, en tanto individuos también pertenecientes a senos familiares y una sociedad con múltiples conflictos, en el aula manifiestan asimismo trastornos mentales diversos, entre los que destacan el síndrome de Burnout, que es un sentimiento de desvalorización, agotamiento, desánimo y frustración, ante la falta de reconocimiento a su trabajo.
Señaló que la ignorancia y mitos que prevalecen en torno a la salud mental y psicológica, así como la imposibilidad económica de padres y docentes de someterse a un tratamiento psicólogo clínico, limitan la identificación de diagnósticos tempranos que permitan revertir trastornos mentales, que a la postre se traducen en una sociedad que alimenta y replica conductas patológicas que merman el desarrollo.
Ante esto, concluyó que la salud mental de los menores se configura a partir de la educación misma y de las dinámicas del entorno familiar y social, por lo que hizo énfasis en que, además de que se deben replantear acciones en materia legislativa, de salud y de gobierno, se debe caminar hacia la prevención, a partir de la formación de hábitos y cambio de modelos culturales abiertos a la inclusión, sobre principios básicos de no hacerse daño a sí mismo ni a ninguna otra persona.