Diálogo/Mateo Calvillo Paz
Diálogo
TRATO DIGNO PARA LOS MEXICANOS
Mateo Calvillo Paz
Como siempre, además de la crisis interna de ingobernabilidad e injusticia, tenemos que enfrentar una relación humillante con E U. Lo primero es la dignidad.
Son terribles los males que tenemos al interior del país. Situación caótica un gobierno autoritario, muy lejos del pueblo, alejado.
Con la crisis de los gobiernos que tenemos que se traduce falta de producción y de empleos no es raro que tengamos también problemas con los Estados Unidos por un presidente inhumano y cruel, despótico y perverso, la Bestia Negra del Apocalipsis.
Las marchas parecen algo intrascendente, hay que ir más al fondo del problema.
Tenemos todo el orgullo, el sentido de la dignidad, la fierté, dicen los franceses para no humillarnos, no arrodillarnos moralmente, no dejarnos aplastar.
Una larga historia de humillaciones ha vivido México, en la raíz indígena y en la europea.
Lo primero que debemos conservar es el honor. Cuando Carlos V le infligió a Francia una derrota terrible en San Quintín, Francisco I exclamó: todo se ha perdido, menos el honor.
Los capitalistas compran al pobre por un par de sandalias, como decía el profeta Amós, con cuentitas de vidrio.
Los gobernantes no pueden vender al país por ventajas materiales de los individuos, de partidos, de empresas.
Reconocimientos de organismos internacionales de parte del poder económico capitalista recibió Peña Nieto por entregar las riquezas del país, por favorecen a los grandes capitales.
Son los ciudadanos con dignidad los que defienden la dignidad del país. Los hijos que no muestran dignidad, sin vergüenza, sin virtudes ni valores, que llevan una conducta inmoral, llevados por el capricho y la oportunidad, que buscan bienes mezquinos, ¿qué país pueden tener? Si no les importa su persona, ¿qué les puede importar la Nación?
Si en la vida no valoramos nada y sólo seguimos las bajas pasiones, el dinero para tener places inmorales y excesivos, si no nos mueve el sentido de la dignidad personal, no podemos defender los valores que pisoteamos cuando se trata de México.
Si para muchos, dirigentes, la persona no vale nada, la Nación que es un ente abstracto y exterior a la persona vale menos todavía.
Sólo los mexicanos que tienen una alta dignidad personal pueden defender al país cuando otros pisotean la dignidad nacional.
No lo hacen los políticos que tienen intereses mezquinos y bastardos: buscan la imagen, la chamba, los reflectores.
Lo defienden sólo en la pose y el discurso expresando lo que ellos saben que el pueblo espera escuchar de ellos.
Las personas valiosas que tienen una personalidad sólida y rica sustentada en valores son coherentes y comprometidas hasta el heroísmo, hasta la muerte.
La pregunta crucial y decisiva es: ¿existen todavía esos hombres y mujeres como los héroes y los santos a los rendimos culto oficial vano con actos cívicos mientras la conducta de todos los días los deshonra.
Otra vez es cuestión de tener individuos dignos, honorables. Es cuestión de la educación que está tirada por los suelos, vana, inútil muchas veces.
Hay que recuperar la visión del hombre, su naturaleza y su destino conforme al plan que trazó su Hacedor Dios.
Hay que recuperar la visión integral del hombre, pegar el pedacero, librarlo de tantos caprichos, arbitrariedades y ceguera, de desviaciones antinaturales, de los atentados contra el ser humano no nacido, que llaman con un eufemismo interrupción de embarazo.
Hay que corregir tantas desviaciones y aberraciones dictadas por el hombre que se extralimita en sus funciones y se da atribuciones de demonios o de dioses falsos y pretenden cambiar la naturaleza humana.
Para defender la dignidad de México ante los enemigos de fuera, cada uno debe defender primero su propia dignidad. Debemos tener un concepto sabio, real de nuestra propia dignidad, basada en una visión completa del ser humano
La dignidad y el precio de cada ser humano es maravilloso, más precioso que las joyas, las casas en Cancún y todas las riquezas. Porque el ser humano, el más pobre es la obra maestra de la creación, con nada comparable porque es la imagen viva del Dios altísimo y creador.
Cada hombre tiene una tarea única en la historia, un destino eterno. Tú tienes un precio infinito simplemente por ser persona humana.
La persona humana no se utiliza con fines políticos o económicos. Está por encima de los programas de gobierno y de los objetos que persiguen partidos políticos y gobiernos. Nadie puede pisar sobre ti para escalar y alcanzar sus bienes de poder y de gloria, de riqueza material. Es intolerable que haya quienes matan por dinero. Igualmente nadie puede pisa sobre México.