Leucemia, la lucha que llevó a una mujer a crear la fundación Manitas
MORELIA, Mich., 12 de febrero de 2017.- “Ser notificado que padeces cáncer es una noticia que te puede derrumbar, y más cuando como cuando me enteré, que no contaba con seguro social”, declaró la presidenta de la fundación Manitas La Pulsera de la Leucemia, Rosario Mendoza Fernández, sobre su primera impresión al saber que padecía leucemia, hace poco más de 10 años.
En entrevista para Quadratín, la activista compartió sobre su proceso de tratamiento contra esta enfermedad y cómo esto la incentivó a abrir la fundación Manitas, la cual apoya tanto a niños como a jóvenes y adultos.
“Hace diez años fui diagnosticada con leucemia y la noticia me cayó muy fuerte, como yo no tenía seguro social me costó mucho trabajo batallar para recibir mi tratamiento y, sobre todo, aprender a vivir con esta enfermedad”.
Los hospitales, albergues, oficinas y fundaciones se volvieron su hogar mientras emprendía su primera de muchas batallas contra el cáncer.
“A las personas enfermas, el cáncer nos tumba a veces, pero nos levantamos esperando que dicha enfermedad no nos venza, y ese es mi trabajo día a día”, explicó.
En busca de apoyos y con un estado de salud en mejoría, Rosario Mendoza comenzó a formular en su cabeza la forma de crear una institución donde pudiera apoyar a niños y adultos que se encuentren bajo la misma situación.
“Es terrible no tener un lugar a dónde llegar, dónde tener apoyo, e incluso, quién esté contigo en esos momentos tan difíciles cuando estás postrada en una cama, y pensé en habían cientos de personas en la misma situación que yo”.
A partir de entonces, comenzó a afiliarse a algunas instituciones y pudo concretar, hace más de ocho años, la fundación Manitas, con el propósito de prestar ayuda humanitaria a niños y adultos con leucemia, apoyándolos con medicamentos, estudios de laboratorio sin costo alguno; además de proporcionarles atención con médicos generales y hematólogos, así como recursos para su transportación hasta los lugares en que serán atendidos.
Explicó que como parte del proyecto se realizan diversas actividades como manualidades, eventos socioculturales y de reciclaje, que les permitan recaudar fondos en conjunto con la venta de la pulsera de ayuda. Todo ello se realiza con la participación de voluntarios y familiares de los pacientes, con el propósito de obtener colaboración recíproca y ayuda mutua.
Una de las mayores gratificaciones que el trabajo humanitario le ha brindado a Rosario es poder motivar a los niños que son apoyados por Manitas, quienes muchas veces se muestran escépticos al saber que ella está bajo tratamiento.
“Me gusta apoyar a los niños, son unos grandes guerreros que día a día acuden a sus terapias, juegan y cuando se enteran que yo también padezco de cáncer, no lo llegan a creer de lo bien que me ven”.
Con una sonrisa, entusiasmo y muchas ganas de vivir, la presidenta de Manitas aseguró que tiene muchos proyectos por emprender para seguir apoyando a los niños y adultos que acuden a sus instalaciones, ubicadas en la calle Francisco Severiano No. 133 esquina Fray Luis Herrera en la colonia Nueva Esperanza de Morelia.