Voy a regresar, no será difícil pasar un muro, dice migrante deportado
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de febrero de 2017.- A Ramón Barajas, Pedro Vázquez y Alejandro Ochoa los agarró la migra en la puerta de su casa antes de que saliera el sol. Pasaron semanas en prisión, de una cárcel a otra, usaron cadenas en tobillos, cintura y muñecas, los trataron como criminales sólo por ser indocumentados.
Ayer llegaron a la Ciudad de México en un vuelo del gobierno de Estados Unidos, venían de El Paso, Texas. Igual que sus paisanos que los acompañaron llegaron sin un peso, con su familia rota al dejar esposa e hijos allá, hundidos en la incertidumbre, señala una nota publicada en El Universal.
Luego de escuchar al presidente Enrique Peña Nieto, se toparon con una nube de luces, cámaras y micrófonos. Algunos de plano corrieron, otros los llevaron formados a un camión que los transportó a la terminal de autobuses para tomar ahí un camión a su lugar de origen.