La desigualdad social alimenta la corrupción en México: morelianos
MORELIA, Mich., 26 de enero de 2017.- La desigualdad social que mantiene a un pueblo empobrecido, sin un patrimonio laboral que permita mejores condiciones de vida y los privilegios de la insaciable clase política, alimentan las estructuras culturales de la corrupción, coincidieron ciudadanos, quienes admitieron que han llegado a participar en algún acto deshonesto.
En un sondeo realizado por Quadratín con habitantes de la capital michoacana, a quienes se les cuestionó sobre si la responsabilidad de la corrupción que impera en México es solo de la clase política, o de toda la población, los entrevistados coincidieron en varios puntos.
“Creo que la principal responsabilidad es de nuestros gobernantes, porque ellos son quienes, al estar en el poder, se roban grandes cantidades de dinero de la gente; pero la verdad es que todos los demás también somos responsables si participamos en actos deshonestos, por pequeños que sean”, comentó Adrián Cruz, joven estudiante.
Actualmente México es señalado como el país más corrupto entre los 35 estados que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).
“Penosamente admito que sí he participado en algún acto de corrupción, aunque en mi defensa puedo decir que otras personas, servidores públicos, me han orillado a hacerlo, sin embargo, no me justifico, creo que es una práctica muy negativa que tenemos arraigada culturalmente, y en lo que debemos trabajar con determinación”, señaló Ana Lares, ama de casa.
De acuerdo al resultado de 2016, del Índice de Percepción de Corrupción elaborado por la organización Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana, México cayó 28 puntos porcentuales, y actualmente está catalogado dentro de los 70 países más corruptos del mundo.
“Es lamentable y ofensiva la impunidad que vemos entre nuestros gobernantes, los diputados, toda la clase política, gozan de impunidad, no importa lo que hagan; creo que todos somos responsables de la corrupción, pero, aunque ello no lo justifica, también es cierto que no hay trabajo, el salario no alcanza para nada, todo esto favorece la corrupción”, comentó Miguel Ángel Olivares.
Sobre el tema opinó Bertha Alvarado, quien aseguró que nunca ha participado en un acto de corrupción, pero se dijo preocupada por los niveles de opacidad e impunidad en que se cobija la clase política, que a su decir, es la principal responsable de la corrupción.
“Todos somos responsables, pero los políticos son los principales, porque ellos son quienes manejan nuestros recursos, y no lo hacen de manera adecuada; cuando llegan al poder se olvidan de las necesidades de la gente, se llenan los bolsillos y no pasa nada”, apuntó.
Por su parte, Carlos Demuner, vendedor, admitió haber participado en un acto de corrupción al menos una vez en su vida; subrayó que esta condición negativa es responsabilidad de todos, que se debe castigar con rigor a servidores públicos que incurran en malos manejos financieros, pero que sobre todo hace falta trabajar en revertir la cultura de “la transa” desde los salones de clases: “es un tema de educación y recuperación de valores”, dijo.
En una escala de 0 al 100, donde cero representa lo más corrupto, y cien, lo más transparente, en la última evaluación presentada por Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana, México obtuvo una calificación de 30, de un total de 176 países evaluados.