2014: riesgos globales que nos asechan
Hace 30 años poco nos preocupaba a los mexicanos qué era lo que pasaba en materia económica, sociopolítica, y ecológica más allá de nuestras fronteras, claro, exceptuando aquello que acontecía en los Estados Unidos. Sin embargo, hoy día, las condiciones en las que funciona nuestra sociedad, en el marco de la globalización y las comunicaciones, han dejado de caracterizarse por ser endógenas a los países y, por el contrario, ahora tenemos un conjunto de interconexiones económicas, sociales y políticas muy complejas entre la mayoría de los países. Son como una gran caja de resonancia que provoca que aquello que sucede en un país, en cualquiera de estas materias, tenga repercusiones en los demás países, por más lejanos que estos se encuentren.
Al respecto, un reporte del Foro Económico Mundial, el cual puede ser consultado en http://www.weforum.org/reports/global-risks-2014-report, realizado por 700 expertos globales y dado a conocer hace algunos días, indica que durante 2014 el mundo estará en riesgo principalmente por diez amenazas.
La primera de ellas tiene qué ver con las crisis fiscales en economías líderes, enfocando particularmente la preocupación en el problema fiscal que atraviesa Estados Unidos ya que, en el cada vez menos remoto caso de que Estados Unidos decida recortar abruptamente el gasto de gobierno para equilibrar sus finanzas o bien, en el caso de que se declare en suspensión de pagos, arrastrará al caos de manera violenta a las demás economías mundiales, especialmente a la mexicana.
El segundo riesgo tiene qué ver con los altos índices de desempleo en el mundo, de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, OIT, se calcula que en la actualidad hay 202 millones de personas desempleadas en el mundo, la cifra más alta de todos los tiempos. Al respecto, habría que mencionar que solamente en México se registran poco menos de 3 millones de personas desempleadas en la actualidad.
El tercero de los riesgos mundiales es denominado como la “crisis del agua”, el agua dulce es cada vez un bien más preciado en la medida en que países y regiones se quedan sin ella. El cuarto es la inequidad en la distribución de la riqueza, la dimensión de este problema la retrata perfectamente Oxfam en su último reporte en el que, de acuerdo a sus cálculos, sólo 85 personas en el mundo acumulan la riqueza que acumularían 3,500 millones de personas, la mitad de la población mundial. El quinto riesgo es el cambio climático, alarmantes fueron las recientes declaraciones de José Sarukhán en el sentido de que hay un encubrimiento masivo de los datos del cambio climático, auspiciado por los intereses de la industria energética; aunado a esto, se encuentra el riesgo de los grandes fenómenos meteorológicos que en 2013 ya golpearon diversas regiones del mundo, incluido México. Otro riesgo es denominado como el fracaso de la gobernabilidad a nivel global; uno más es la ausencia o falta de un organismo importante o institución financiera global; y, finalmente, el último es reconocido como una inestabilidad política y social. A propósito de éste último habría que señalar que en el caso de nuestro país, recientemente la revista The Economist publicó el mapa mundial sobre el riesgo de conflicto social, en el que México se encuentra en un nivel de “alto riesgo”, junto con países como Pakistán, Burundi, Guatemala o Nicaragua, entre otros.
Así las cosas, además de los no pocos problemas que tenemos internamente en nuestro país, estamos obligados a poner atención a lo que sucede fuera de nuestras fronteras. Los riesgos ahí están, de hecho, hemos coadyuvado en la construcción de cada uno de estos problemas. El dilema es: hacer como que no existen o tomar la parte de responsabilidad que nos corresponde.