Si yo fuera Gober
Mi hijo preguntó: Papá, me queda claro que no te gustan el modelo socioeconómico ni las formas de gobernar a México, pero: ¿tú qué harías?
P- Lo primero que haría, hijo, sería recuperar la dignidad personal de todos mis gobernados; solo así, con ciudadanos completos, podremos reconstruir a México.
H- ¿Siempre has pensado así?, volvió a preguntar.
P- ¡No!; cuando Lázaro Cárdenas Batel estaba en campaña, me preguntó: ¿si tú fueras gobernador, Santiago, que sería lo primero que harías?... Mi respuesta fue: garantizar una alimentación de calidad a nuestros niños… Y la razón es sencilla, no se puede construir una nación sana con ciudadanos enfermos o mal nutridos.
H- ¿Y en qué momento priorizaste la dignidad sobre la alimentación?
P- En el momento que comprendí que un ser humano digno, en automático adquiere responsabilidad sobre su destino y en consecuencia busca formas de resolver los problemas y enfrentar los retos, en lugar de mendigar. Si construimos ciudadanos con personas dignas, la pobreza será historia y el hambre erradicada.
H- De alguna manera, padre mío, estamos ante el viejo dilema: ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? Primero ciudadanos dignos para que resuelvan problemas o primero alimentarles para que tengan el potencial para ser ciudadanos completos.
P- Quizás la respuesta correcta, hijo, esté en enfrentar ambos retos al unísono, de manera tal que con políticas públicas adecuadas, garanticemos una alimentación sana para todos (pobres incluidos), al tiempo que damos oportunidades a cada habitante para acceder a lo básico con un trabajo de ocho horas, facilitándoles acceso a bienes de capital e infraestructura para la producción, mientras educamos para formar mexicanos en toda la extensión de la palabra, es decir, capaces de exigir derechos y asumir responsabilidades dentro de un marco jurídico que garantice equidad y justicia para poder vivir en paz.
H- ¿Por dónde empezarías, Papá?
P- Mira hijo, quizás, como expresé, haya que empezar por varios frentes al mismo tiempo, pero no quiero evadir tu pregunta; por ello, respetuosamente propongo empezar: por construir esperanza con actos de gobierno, para que cada mexicano, este convencido de que con un esfuerzo organizado en forma inteligente, bajo la coordinación de las autoridades con liderazgos honestos y comprometidos, tenemos un camino para un futuro verdaderamente mejor.
El México de los 40 y 50 era un México de pobres, cosa de ver la película de Pedro Infante: “Nosotros los pobres”; pero era un México con esperanzas y alegre, seguro de que con el esfuerzo de todos saldríamos adelante; hoy eso no existe, el mayor drama de una persona, no es ser pobre, el mayor drama es no tener la esperanza ni la ilusión de un mejor futuro y no me refiero al rollo demagógico, sino a la realidad de construir, con hechos, no con discurso o publicidad, la expectativa de que tenemos un camino y de que nuestros líderes saben cuál es. Hoy somos una sociedad disfuncional, estresada, que no cree en sus liderazgos ¡Urge cambiar eso! Para ello estoy convencido de que tenemos que hacer las cosas diferentes, si hacemos lo mismo, pos va a resultar lo mismo.
El desarrollo “balanceado” del Estado mediante un plan inteligente sustentado en instituciones del Estado, con áreas de oportunidad para inversionistas y empresarios visionarios, permitiría un desarrollo social más humano y equilibrado en beneficio de todos. Nada ganan en las zonas urbanas, en las capitales o en el “Corredor Industrial” con la migración forzada que trae problemas de basura, sociales, de inseguridad, de vivienda, de agua, etc. Desde mi óptica, lo que la ciudadanía quiere, y no es tonta, es mejor calidad de vida, la sociedad urbana no la proporciona.
Con esto en mente, mis acciones de gobierno estarían enfocadas a combatir la pobreza y el asistencialismo, cánceres, ambos, que hoy nos matan lentamente. Ello con un objetivo central: construir esperanza con actos de gobierno para que todos tengamos la convicción de que estamos en el camino, para que cada ciudadano tenga, por convicción, esperanza e ilusión, motores ambos de vidas plenas, en tanto se resuelven, con trabajo, los problemas estatales.
Si el estado se desarrolla integralmente, si alrededor de los centros urbanos no hay hambre, si las familias se consolidan y reducimos la migración generando oportunidades y empleo, si aumentamos la producción de alimentos, si construimos infraestructura en función de un plan de desarrollo estatal de largo plazo, si desarrollamos mercados regionales y locales, si aumentamos el ingreso de la población, si aumentamos el PIB estatal al incorporar a la economía zonas marginadas, si combatimos el modelo económico con política sociales y económicas contra cíclicas; estaremos en el camino de un desarrollo sostenido y sustentable; eso es gobernar; y eso haría si yo fuera el gobernador, gobernaría… ¡Así de sencillo!