Realiza FMM muestra pictórica de Juan Torres
MORELIA, Mich., 2 de noviembre del 2012.- Noche fría. Es segundo piso del antiguo Palacio de Justicia de Morelia. Presentes, Marco Antonio Aguilar Cortés, secretario de Cultura del gobierno michoacano; Alejandro González Gómez, presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado; Enrique Rivera Ruiz, secretario de Turismo y Cultura del ayuntamiento moreliano; Verónica Bernal Vargas, directora general del Festival de Música de Morelia “Miguel Bernal Jiménez”; Orlando Arias Solís, asesor de la Secretaría de Turismo de Michoacán; Salvador Abud, síndico de Morelia; Elizabeth Garibay, delegada del INAH en Michoacán, y por supuesto, el artista Juan Torres.De acuerdo con un boletín de prensa, en su participación, los funcionarios coincidieron en celebrar la obra del maestro michoacano a quien definieron como un embajador de Michoacán en materia artística.Ya luego el corte del listón como apertura simbólica del Festival de Música de Morelia “Miguel Bernal Jiménez”, a través de la muestra pictórica de dieciocho óleos: Juan Torres y la música.Se llevó a cabo un recorrido para que el maestro presentara su obra y comentara algunos detalles de cada una de las pinturas. Nutritivo sin duda para los presentes. Siempre será motivo de festejo los comentarios del propio autor.Finalmente se llevó cabo un coctel, y entre canapés, vinos tinto y blanco, la música hizo presencia sutil para complementar una maravillosa noche, resuelta entre colores y tonalidades para el oído.18 óleos en el compás.Uno: Una canción mexicana, guitarra en manos de mujer. Deleite corporal, dedos que presionan las cuerdas, finos, frutos angelicales y detrás la mar, la marea mítica. Alas de ángel que anuncian el preludio de la exposición. Es Juan Torres. Es Juan Torres y la música en 18 óleos sobre tela. Cortesía del Festival de Música de Morelia “Miguel Bernal Jiménez”. Antiguo Palacio de Justicia, en los portales del centro, usted sabe.Dos: Melómano, Espagueti y tenedor, la música envuelta en el utensilio y de allí al oído, pasta sublime para el gusta, el que añora la nota, para el que se afana en el sonido de cuerdas, tambores, timbales. Ser escucha.Tres: Dos músicos, dos grandes épocas, sin más, como si posaran para la fotografía muy juntos, muy compadres, Beethoven y Lennon. Elevador al penthouse de la música, olimpo de colección.Cuatro: Violinista con florero, natural, eterna, eterna ella y eterna la música. La mujer dadora de vida en el tono preciso, allí donde la belleza se configura en remolino auditivo, brillante, lúdico.Cinco: Barroco mexicano, y entonces los ángeles hicieron la música, niños con alas y trompeta, púberes, vírgenes, insoslayable compañía, la virgen, el nacimiento del todo a través de la saturación.Seis: Sobre las olas, evocación de Juventino Rosas, vals salpicado de mar, reminiscencia a muelle, a regreso y a partida, baile de hombres y peces sobre el espejo marino.Siete: Festival de música, cruce de palabras, trompetas, gaitas, pianos, cornos, hombres de color y de a de veras. Ese cuadro huele a fiesta perenne. Inconclusa siempre.Ocho: Juglar del gótico italiano, palomas y vestimenta, la historia de cierta música, a libro abierto, pentagrama perpetuo y a posteridad.Nueve: Extraño concierto, instrumentos enormes, divertimentos, hombres y mujeres van y vienen entre las cuerdas y los acordes, orgía musical, cuerpos a la par del son.Diez: Flautista del gótico italiano, dos flautas, dos maneras de soltar el aire por en medio de la dentadura.Once: Directora coral, como si se cantara un salmo, como si se invocara a Orfeo, como si la música llenara el cuarto.Doce: Barroco Mexicano II, reiteración de la fiesta mística, los querubines incansables, deleite de oídos, en grupo, muégano.Trece: Música para un canario, y la bella con sus manos traza dulces sílabas a los oídos del pájaro enjaulado.Catorce: Viola da gamba, perspectiva, luz, trazo fino, hermosura en lo que no se mira. Ella de espaldas, se muestra nada y lo dice todo.Quince: El color de su canto, líneas fuga de la garganta del ave, ramificación de acordes desde las plumas etéreas. Azul. La magia musical es azul.Dieciséis: Danza barroca, la mano, los dedos, el perfil, el garbo, el violín que mira atento el grácil movimiento de la damisela…Diecisiete: Ensayo de trino, tres violines, la partitura, un perro que escucha, el mediterráneo musical, la permanencia del hombre sobre la tierra a través de la interpretación. Música, eso y sólo eso, música.Dieciocho: Orquesta de cámara de barroco, la figura y la prestancia, foto fija del momento histórico, documento, lectura, saber y paciencia, método, certeza. Mientras Lennon atestigua la escena.Epílogo:Esta exposición estará montada y a la vista de cualquier transeúnte que se atreva, hasta el 30 de noviembre. Si acaso en el centro histórico de Morelia se escucha el vibrato musical, seguro es desde los óleos del maestro michoacano Juan Torres.