Sororidad

En los últimos 25 años el día 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) es un día en el que las mujeres salen a las calles a manifestarse por una equidad entre mujeres y hombres, en defender sus derechos y oportunidades igualitaria, así como el poder vivir una vida libre de violencia y reclamar justicia cuando las autoridades no reconocen la violencia que ha sufrido una mujer y dejan sin castigo a los agresores.
La primera vez que se utilizó la palabra “Sororidad” fue en el año de 1921 por el escritor Miguel de Unamuno en su novela “La tía Tula” en donde la definición de esta palabra se refería a la hermandad que puede haber entre mujeres. no tuvo mucha relevancia esta palabra en nuestro país hasta que llego la segunda ola del feminismo en los años 80´s con la doctora Marcela Lagarde en donde mencionaba que las mujeres deben de vivir en hermandad y fraternidad, cuidando una con otras. Además, la Real Academia Española (RAE) la admitió como una palabra validad en donde no solo se refería esta palabra a la hermandad o solidaridad entre mujeres, sino que ayuda a crear redes de apoyo que impulsen cambios sociales hacia la igualdad.
Mi primera vez que escuche fue cuando iba a la facultad gracias a las maestras que tuve pero donde reforcé y entendí a que se refería la sororidad fue cuando estaba haciendo prácticas y servicio social en el Instituto CiudadHidalguense de la Mujer, y reforcé este concepto cuando posteriormente trabaje dentro de este instituto, mis dos directoras y mis compañeras de trabajo me enseñaron diferentes técnicas de autocuidado, redes de apoyo entre familiares y amigos, y sobre todo el no juzgar a una mujer por ningún motivo, ya que las mujeres son libres de decidir qué es lo que quieren hacer en su vida, por eso agradezco el poder trabajar dentro de esta institución y a mis compañeras y directoras porque me enseñaron otra forma de ver a las mujeres, ya que desafortunadamente hemos sido formados bajo un esquema machista.
Se de ante mano que la sororidad solo se puede llevar entre mujeres, pero hay hombres que también queremos ser fraternos con las mujeres donde respetamos sus decisiones, no juzgamos, no criticamos, no desarrollamos un lenguaje sexista o machista y que alzamos la voz ante alguna desaparición forzada de nuestras hijas, madres, abuelas, tías, sobrinas, vecinas, creamos redes de apoyo para mujeres violentadas, un sin número de cosas que podemos hacer para poder ser sororarios con las mujeres.
¿Cómo podemos llevar a cabo la sororidad?
- No juzgar: las mujeres y niñas son libres de tomar sus propias decisiones, su apariencia física, forma de vestir, de pensar (ideas, propuestas, decisión de formar un hogar o en pareja con personas del mis mismo sexo o distinto, decisión sobre el tener hijos), de estudiar, de trabajar, de relacionarse con otras personas, en fin en cualquier rubro las mujeres son libres de decidir lo que a ellas más les convengan.
- Sexualidad: toda mujer es libre de vivir una sexualidad plena sin restricciones, lo que nosotros debemos de hacer es no calificar o cuestionar las elecciones que tomen.
- Discurso: Cambiar ese discurso machista que a veces utilizamos como lo son “las mujeres son débiles”, “son histéricas”, “dramáticas”, “sensibles” o la frase más común cuando las mujeres andan enojadas, decimos “están en sus días”. Omite esas frases de tu vocabularios y veras el cambio que harás.
Además, si alguien habla al de una mujer no reproduzcas esas palabras con más personas, sino de ser posible limítate a oír esos cometarios, recuerda que no debemos de juzgar a las mujeres, cada quien es responsable de sus propios actos.
- Libre de violencia: disminuir la violencia (todo tipo de violencia) que viven las mujeres y niñas de nuestro país generado una red de seguridad y apoyo con nuestras amigas, familiares, vecinas en donde sepan en donde nos encontramos, tener planes de contingencia ante un escenario de violencia, de autocuidado.
La sororidad debería de ir más allá de la hermandad entre mujeres, debería de ir más allá de que el Estado lleve una agenda política enfocada en perspectiva de género que ayuden a modificar las leyes del país, debería de ir más allá de alzar la voz para que se respeten sus derechos, su vida. Considero que tanto hombres como mujeres debemos de vivir en un país donde podamos vivir en paz, en donde no vivamos en las garras de la violencia y sobre todo en donde la empatía, la solidaridad y el vernos como hermanos sean valores que nos rijan siempre como un derecho natural.
Me despido con la frase de Marcela Lagarde "La cosa no es 'cómo nos queremos'; la clave está en que nos respetemos, algo difícil porque no estamos educadas en el respeto a las mujeres". Hasta la próxima.