De la incertidumbre a la creación: un nuevo comienzo para Fernando
MORELIA, Mich., 12 de enero de 2024.- Fernando parece más grande de lo que es; tiene 54 años y es un hombre desempleado desde hace unos días. Ahora en una mañana fría y un tanto triste en el centro histórico de Morelia, el hombre sale para ver si consigue algo, y mientras va construyendo algunas figurillas con palma.
Participa primero en un vox populi de Quadratín sobre el frío, dice que un buen mezcal ayuda para seguir adelante y a levantar el ánimo para no parar de buscar el pan en medio de este frío.
"Me quedé desempleado y desgraciadamente tengo que salir todos los días a buscarle un poquito", dice Fernando, y de paso poatica a este medio que hace figuras de palma, "aquí traigo mis cosas, nomás que luego las escondo porque me las quitan", dice mientras hurga en su mochila, y saca una hoja de esta planta.
Mientras platica se pone a preparar una figura, hace dobleces simples, mete una punta por un lado, y poco a poco con la habilidad va formando algo. Expone que iniciando el año se quedó sin trabajo. Trabajaba para una empresa de seguridad y de pronto lo despidieron, no supo ni por qué, cree que porque pasaron los días festivos.
Narra que él aprendió a trabajar cosas de palma debido a su esposa, "ella me enseñó a hacer figuritas y eso, con palma, ella no es de aquí", refiere, así que mientras consigue trabajo seguirá haciendo figuras para venderlas, lo que la gente le quiera dar.
Por fortuna, Fernando platicó con un sacerdote y ahora para Semana Santa el padre le pidió que lo fuera a ver para poder ayudarle a hacer ramos y cruces de palma, "eso es algo que se agradece, ¿no? porque ve que no hago nada malo, nada más a los del municipio sí te los encargo", dice riendo, porque han tratado de evitar que venda ese tipo de figuras porque no se permite el comercio informal en el centro, "pero no hago nada malo", reitera.
Con la palma también hace colibríes y otras figuras de animales, pero sobre todo hace cruces, "un poquito que lleve para la casa ya es ganancia, ¿no?" dice el hombre quien reconoce que muchas veces después de los 40 o 45 años en este país ya no hay trabajo, aunque él dice sentirse como de 15.
"Mucha gente no lo cree pero yo no tuve estudios ni nada, y pienso que traigo más experiencia que un muchacho de 20 o 30, y aunque hayan estudiado, pero yo sé que la puedo hacer, hablo inglés", externa y cuenta que estuvo viviendo por 18 años en los Estados Unidos donde tiene dos hijos que viven en Chicago, le dieron 20 años para no volver a ese país por tener muchas deportaciones, "ya no puedo regresar, bueno, sí puedo pero si me agarran me van a encerrar, acá de menos frijolitos pero calientitos", indica.
Finalmente termina de tejer y es una pequeña cruz que le regala este medio. Antes de despedirse cuenta que él estará por la plaza Melchor Ocampo por si hay algún trabajo o si alguien necesita de sus servicios, y mientras seguirá haciendo figuritas de palma. Confia en que algo saldrá "primeramente Dios".