Política gourmet
Mexicana de aviación, en picada
* El anuncio de la cancelación de vuelos a ocho destinos nacionales la deja mal parada
* El expresidente Obrador creyó que tener una línea aéra del Estado eran enchiladas
* En un año de operación, Mexicana registró pérdidas cercanas a los 50 mdd
TRONÓ COMO CHINAMPINA.- El relanzamiento de la aerolínea Mexicana de Aviación, la cual tuvo un aterrizaje forzoso de más de 14 años debido al concurso mercántil que sufrió cuando estuvo en poder del empresario Gastón Azcárraga, sólo le duró un suspiro al expresidente López Obrador, pues apenas 377 después de su vuelo inaugural el Gobierno se vio obligado a anunciar que a partir del 6 de enero la llamada “línea aérea del pueblo de México” cancelaría ocho de sus rutas (las conexiones del Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, ubicado en Zumpango, Estado de México a Acapulco, Campeche, Guadalajara, Ixtapa, Nuevo Laredo, Puerto Vallarta, Uruapan y Villahermosa), asegurando que sólo se trata de un impasse producto de una reevaluación derivada de la conclusión del arrendamiento de dos de las cinco aeronaves que conformaban la flota de Mexicana y que pertenecen a la empresa queretana Transportes Aéreos Regionales (TAR) de Miguel Franco Hernández, fundador de la aerolínea y presidente de Grupo Mafra y quien decidió retirar sus aviones tras un contrato que le redituó casi 333.7 millones de pesos, un muy mal negocio si consideramos que entre enero y septiembre de 2024 Mexicana de Aviación registró pérdidas por 46 millones de dólares, esto a causa de los bajos ingresos. La aerolínea estatal transportó tan sólo 53 pasajeros en promedio en cada uno de sus vuelos durante su primer año de operación, provocando que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aumentara la transferencia de subsidios a la aerolínea estimados para 2024 en sólo 6 millones de dólares, pero que en su último registro alcanzó los 98 millones de dólares. ¡Una barbaridad!
¿PLAN ESTRATÉGICO?- Al expresidente López Obrador se le hizo fácil pedirle tres aviones a la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) y hacerle manita de puerco a la casi quebrada TAR (recordemos que el Gobierno tenía la opción de cortarle el suministro de turbosina por los adeudos que ésta tenía desde 2022) para que cediera dos aeronaves y así conformar su flota. Cinco aviones vetustos y obsoletos a los que se repintó y se les puso el logotipo y se les dotó de la imagen gráfica de Mexicana y que se anunció con bombo y platillo como una nueva aerolínea con el respaldo de un siglo de tradición. Pero de estos cinco aviones sólo cuatro (dos de la FAM y dos de TAR) operaban, porque un quinto, propiedad del Ejército estuvo permanentemente “en mantenimiento”. Pero el problema escaló: Mexicana (o sea, el Gobierno) fue demandada en Estados Unidos por la empresa SAT Aero Holdings, que la acusó de perjuicios por más de 838.5 millones de dólares tras acusar que el gobierno mexicano la contrató para la gestión del arrendamiento de 10 aeronaves con las que Mexicana de Aviación comenzaría operaciones, pero que la aerolínea incumplió con los primeros pagos de depósito lo que puso en riesgo su viabilidad. A este caos debemos sumar el cuento chino obradorista de que al final de su gestión Mexicana compraría 20 aviones para engrosar su flota. Puro bla-bla-blá, como la compra de las pipas para combatir el huachicol (y que nunca nadie jamás vio), los respiradores antineoliberalismo que construiría el Conacyt para los enfermos de COVID, la vacuna “Patria” o la Megafarmacia del Bienestar
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