Tras bambalinas
Operación Enjambre lo que diga mi dedito
En estos días, la gobernadora de la CDMX, Clara Brugada, confirmará la postulación de Bertha María Alcalde, como titular de la Fiscalía de la capital de la República, pese al alud de críticas de nepotismo, que se suman al caso de la familia Batres como enclaves del poder de Andrés Manuel López Obrador.
Ahora AMLO tiene el control de su partido, Morena, donde su hijo es secretario de Organización. El ex presidente tiene también el Control del Senado y la Cámara de Diputados, 22 gobernadores que llegaron al poder bajo su impulso. Tiene además 27 congresos estatales, la CNDH, el INE, y ahora la fiscalía de la CDMX.
¿Quién gobierna, señora Sheinbaum? Conforme pasan los días, a los mexicanos nos queda claro que ella, es parte de un clan, que llaman “movimiento”, en el que las ordenes definitivas las da el de Macuspana, y lo demás es discutible, hasta impugnable, según el grupo de poder o de facción.
El fin del mandato de AMLO, ha propiciado el reacomodo de estos grupos, en los que se empiezan a dar choques intestinos, como son los casos de Tabasco, entre Javier May Rodríguez y Adán Augusto López Hernández, incentivado todavía más con las disputas de este último con Ricardo Monreal.
Monreal Ávila a su vez tiene el apoyo de los nuevos gobernadores de Chiapas y Puebla, Eduardo Ramírez y Alejandro Armenta. Cuenta, además, con el apoyo de grupos en la capital de la república, principalmente en la Alcaldía Cuauhtémoc, que Caty Monreal peleó hasta el último minuto a Alessandra Rojo de la Vega.
Puestas así las cosas, la pugnacidad interna de Morena empezará a reventar el año próximo, y aflorarán versiones de corruptelas, carpetas de investigación y amenazas, que obligarán a más de uno a aceptar representaciones diplomáticas en ultramar, si es necesario.
Con el inmenso control que mantiene el ex presidente, es obvio imaginar que manejará los hilos del poder por encima de lo que piense y diga la presidenta. Sin embargo, han perdido de vista los puntos finos de una posible rebelión interna, apuntalada con denuncias que pueden venir del exterior.
Al puro estilo AMLO, Sheinbaum acusa a sus opositores de ser los culpables de “agrandar” la polémica entre sus coordinadores parlamentarios en las Cámaras de Senadores, Adán Augusto López, y de Diputados, Ricardo Monreal. También le parece poca cosa la rebeldía generada por la futura reforma al INFONAVIT.
No ha recibido mensaje de la última reunión que sostuvieron Ricardo Monreal y el embajador saliente de los Estados Unidos, Ken Salazar, que se enmarca en las preocupaciones que, desde ahora, mantienen en vilo a la mandataria y que pueden acorralar al jefe del clan.
Ella dice que los opositores “agrandan” las cosas, pero tiene en su escritorio graves acusaciones contra Rutilio Escandón, que podrían implicarlo en tráfico de personas, trata, prostitución, lavado de dinero. Falta saber el destino de Cuitláhuac García, ex gobernador de Veracruz, con quien Monreal también tuvo serias controversias.
A ella todo le parece “Algo Menor”, como las pérdidas por más de 932 millones en Mexicana, línea aérea que no despega, al igual que el Tren Maya, que ha sobregirado su costo a casi 500 mil millones de pesos, sin perspectiva de que alguna vez pueda recuperarse la inversión.
Le parece “algo menor” un desfalco de 150 millones de pesos en “negocitos”, o un Fideicomiso de 1 mil millones de pesos en el Senado. “No pasa nada”, y los ex líderes de la Cámara de Diputados en la pasada legislatura se dan un “regalito” de 32 millones de despedida. Todo, pese a la austeridad republicana.
Es “algo menor” el contrato por 12 millones de pesos, al sonidero Apolinar Silva, padre de Paulina Silva, su coordinadora de Comunicación Social de la Presidencia. Pero “¡Hay mucha unidad!” entre ellos, para solaparse, para protegerse, o brindar exilios dorados a sus adversarios.
Morena y sus aliados del PT y PVEM se empiezan a acostumbrar a ganar sus luchas sobre las rodillas, y otros muchos, de rodillas, con premios de impunidad, que pueden malgastar en las embajadas de “Me canso ganzo”, para colocarse en la historia de la ignominia. Esa es nuestra clase política.
Pocas veces, un apellido ha sido objeto de tanto vituperio y repulsión, como el de los Yunes. Sin embargo, su caso es prueba fehaciente de la podredumbre de esa clase política mexicana. La traición, el cinismo, el uso de las personas, la mentira. Todos tragan estiércol, se embarran, y ni gestos hacen.
Pero eso sí, pronto llamarán “a la unidad”, ante las amenazas que vienen del norte. Piden apoyo, desde los rescoldos del insulto, la insidia, la ofensa, la descalificación y el abuso del poder que han sembrado. Sobre esa base, hay algunos que ya piensan en el 2030, cuando al país le espera un año sumamente aciago.
En Chiapas, se habla de tráfico de indocumentados, trata de personas, extorsión, lavado de dinero y corrupción judicial, en el que estarían involucrados Francisco Javier Echeverría Blanco y su hijo José Alonso Echeverría, según reportaje de Imagenradio.
Ellos son la cabeza del grupo Baktún, y manejan los negocios “Secrets Social Club”, “Laurent Club Tuxtla”, Tequila Antro Banda y el table dance “Gitano”. Tienen averiguaciones penales desde el 2011 por trata de personas. A ellos se les relaciona con Rutilio Escandón, en la época en que el tráfico de migrantes creció.
Su partida como cónsul cierra todo tipo de indagatorias. Así, la 4T echa tierra a su pasado reciente y hurga en el pasado remoto. Se perdonan errores, como los fracasos en el Tren Maya, Dos Bocas, la Farmaciotota o la aerolínea Mexicana. Pero para ella, todo es “algo menor”. ¿Por qué la risita?
Su popularidad del 70%, no es suficiente tampoco para convencer a la población, sobre los beneficios de reformar la ley del INFONAVIT, si durante 6 años no hicieron nada por aclarar el robo a descampado que ahora denuncian, pero del que ya tenían conocimiento.
¿No sabía usted, señora presidenta, de los negocios del ex fiscal de Nayarit, Édgar Veytia, quien armó toda una red de jueces, magistrados locales y despachos de cobranza de Nayarit, que simulaban juicios para despojar de viviendas a 65 mil derechohabientes?
Al menos su antecesor, al que usted tanto quema incienso, sí lo sabía. Incluso hubo una denuncia de Rodrigo González Barrios, vocero de la Promotora de la Comisión de la Verdad de Nayarit. Veytia armó esa red en Nayarit, Chihuahua, Sinaloa y, ¡Bingo! en Chiapas.
Esto ocurrió entre el 2013 y el 2018. El sujeto en cuestión, ex fiscal de Nayarit, se encuentra en prisión en EUA por narcotráfico. ¿No lo sabía? En esos años, revendieron al menos mil 400 viviendas hasta cuatro veces. Y de esto tendrían que decir algo tanto Alejandro Murat como David Penchyna.
Pero no. Estos delitos se mantuvieron en el silencio durante todo el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Ahora salen a flote, a la luz de la reforma que pretende introducir el año próximo, bajo los argumentos más torpes y sucios que se les pudieron ocurrir.
El Artículo 66 de la reforma al Infonavit, el gobierno NO REPORTARÁ a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNVB) lo que haga con el dinero, lo cual, según especialistas, pone en grave riesgo a bancos y ahorradores de la banca porque literalmente, los empresarios y los trabajadores no toman decisión alguna.
El régimen de Morena y aliados, modificará la conformación de la Comisión de Vigilancia y de los Comités de Auditoría y de Transparencia del INFONAVIT. Actualmente, la Comisión de Vigilancia está compuesta por 3 representantes del gobierno federal, 3 del sector empresarial y 3 de los trabajadores.
Con la reforma, el gobierno pretende tener 5 representantes, contra 2 de los empresarios y 2 de los trabajadores. Es decir, voten como voten los otros dos sectores, las decisiones las tiene garantizadas el gobierno federal. No, pos que democráticos.
En los otros dos Comités, la composición actual es de 1 representante por cada sector. La iniciativa que pretenden aprobar, cambiaría la composición a 3 por el gobierno federal contra 1 y 1 de los otros dos sectores.
Los patrones aportan dinero a la Subcuenta de Vivienda. Al trabajador se le descuenta directo de una parte de su salario. Las Afores lo administran. Ahora el gobierno pretende controlar esa gran bolsa de 2 billones de pesos y ocuparlos en proyectos que, según ellos, sean rentables.
Es dinero privado, no le pertenece al gobierno, pero ahora la 4T pretende “jinetear” toda esa masa de capital, para terminar la captura del país, y tener todos los gobiernos estatales, todos los Congresos, todos los municipios. Un mundo pintado de guinda. De ese tamaño es el golpe.