Del dicho al hecho
La propaganda se tornó humor negro. Las frases que tanto reiteraba López Obrador sirven ahora para exhibir el tamaño de la farsa. Dicha contradicción entre lo que ofrecieron hacer y lo que realmente hacen no evita que sigan bombardeando con los mismos mensajes, dibujando un país inexistente. La disociación no solo se da en el terreno de los resultados, también en el de la ética política. Nadie niega la fuerza electoral ni el inmenso poder que ha acumulado el oficialismo con sus triunfos, pero, ahora, ellos son los moralmente derrotados.
Los privilegios no se acabaron, están por todas partes. Quienes ofrecieron a los miembros del servicio exterior mexicano que serían priorizados, son quienes más los han despreciado, convirtiendo en regla el reparto político de embajadas y consulados. Aun sabiendo el 90% obediencia y 10% capacidad que retrata a la caquistocracia obradorista, hacer cónsul de Miami a Rutilio Escandón después del desgobierno que entregó y la zozobra que padece la sociedad chiapaneca, resulta excesivo y agraviante. No hay el mínimo atisbo de rendición de cuentas, es más, se premia la incompetencia al grado de ignorar el descrédito público.
Y respecto a la proclamada austeridad y sana medianía, en muy breve tiempo vimos a un diputado local de Morena alardear su colección de Lamborghinis, al coordinador Ricardo Monreal y al líder sindical Pedro Haces jactarse de la utilización de un helicóptero de dueño desconocido como taxi y a un alto funcionario usar su cargo para celebrar su boda en el Museo Nacional de Arte (Munal).
La demagogia llega a otro nivel cuando hablan del combate a la corrupción. Lo único que hizo López Obrador fue agitar un pañuelo blanco mientras saboteaba al Sistema Nacional Anticorrupción. Hoy se reparten más contratos y por mayores montos sin licitar y se niega más información pública bajo el pretexto de “seguridad nacional”, así se trate de un tren de pasajeros.
El dueño de una tienda de azulejos en Villahermosa se convirtió en proveedor de medicinas, transporte y todo tipo de materiales para las obras emblemáticas. Que éste sea amigo de dos hijos del ex presidente tabasqueño es mera coincidencia, como también lo es que hayan quitado candados y equilibrios para que el agrónomo que quebró a Pemex se haga cargo del manejo discrecional de más de 2 billones de pesos del Infonavit que pertenecen a los trabajadores.
El “prohibido prohibir” no alcanzó para los vapeadores. El sexenio obradorista comenzó con la propuesta de la ex ministra Olga Sánchez Cordero para regular la producción, procesamiento, almacenamiento, distribución, venta y consumo de la marihuana, lo que finalmente se frustró. En cambio, acaban de aprobar la iniciativa de López Obrador que prohíbe los cigarros electrónicos en la Constitución. No solo es un bandazo que rebasa por la derecha a los más conservadores, favorece a las tabacaleras y manda el lucrativo negocio al mercado negro que controla el crimen organizado, también demuestra la degradación de la Carta Magna en manos de la espuria mayoría calificada.
Los “abrazos, no balazos” son ya lugar común del fracaso. No se deslindan, aunque tampoco reiteran la desgastada frase. Ahora se conforman con decir que “atienden las causas” para reivindicar discursivamente la continuidad y evitar así molestar al señor que vive en Palenque, pero el problema está fuera de control después del sexenio más violento de la historia, en el cual el crimen se empoderó económica, política y territorialmente como nunca. Nada es gratis, mucho menos el apoyo electoral, y la presión de Estados Unidos para combatir a los cárteles puede hacer crujir al oficialismo en distintos estados. Culiacán solo es un botón de muestra.
El cinismo se vuelve más cruel cuando hablan de democracia, derechos y libertades, siendo que están enterrando los avances de la transición que les permitieron ganar las elecciones en 2018. La división de poderes y los contrapesos al poder presidencial fueron un experimento de tres décadas que está enterrado el populismo autoritario. Recuperar el camino pluralista no será fácil, pero quienes queremos emprenderlo debemos comenzar por regresarle el valor a las palabras y hablar con la verdad.