Se corona Bruno Aloi campeón del Certamen Nacional de Novilleros
MORELIA, Mich., 16 de diciembre de 2024.- Se impuso el talento, ganó el mejor, el campeón es el más completo. Bruno Aloi destacó por encima de los otros 15 novilleros competidores, gracias a sus talentos, su determinación y su eficacia. Durante sus participaciones en la competencia cortó 4 orejas y un rabo, enseñó solvencia en su toreo y convenció arriba y abajo de los tendidos para alzarse como el campeón absoluto del Primer Certamen Nacional de Novilleros los Ángeles Taurinos, serial que inició el 20 de enero y concluyó a mediados de este fugaz diciembre.
Así, Bruno Aloi, registró su nombre con letras de oro en un certamen que la empresaria Tomasina, presidenta de la Fundación Ángeles Taurinos, dará continuidad con la intención de abrir oportunidades a los novilleros mexicanos y en busca de los máximos talentos de la baraja nacional de aspirantes a matadores de toros, porque, según nos confió, ha quedado muy contenta con los resultados toreros, aunque no le haya ido bien en lo que a recursos económicos se refiere, porque la afición no se hizo presente en el Palacio del Arte en los números esperados.
Bruno Aloi se robó la escena desde su primera aparición bajo el domo de ese magnífico y bello escenario denominado el Palacio del Arte, una de las dos hermosas plazas que hay en la capital michoacana. El novillero puntero, oriundo de México, Distrito Federal, hoy Ciudad de México, proyectó, diseñó y ejecutó faenas de poder, valor y arte para establecer desde el principio hasta el final de su cuarto novillo que no hay en el panorama mexicano un novillero más puesto, más poderoso, ni más artista que él. Dos novilladas le bastaron para dar el do de pecho a la mitad del foro. En la primera cortó 4 orejas y 1 rabo, y en la segunda realizó dos grandes faenas, una de sabor y arte y la otra de mucha cabeza y poder, además de un apéndice cortado.
El Certamen Nacional de Novilladas los Ángeles Taurinos fue el marco y la gran ocasión en el que vimos en acción a César Fernández “Quitos”, Lalo de María, Andrés García, Bruno Aloi, Tato Loaiza, Luis Garza, Jesús Sosa, Emilio Saavedra, Antonio Magaña, Vladimir Díaz, Patricio Ochoa, Efrén Cabrera, Carlos Luévano, Andrés Origel, Ángel Gabriel y Axel López. Y, al final, Bruno Aloi se alzó como el gran campeón, el guanajuatense Andrés Origel es el subcampeón y el tlaxcalteca Jesús Sosa cerró en tercer lugar. Para un segundo serial se ganaron la inclusión el tapatío Axel López, el regiomontano Luis Garza y el galo mexicano César Fernández “Quitos”.
En la final del certamen alternaron Jesús Sosa, Bruno Aloi y Andrés Origel ante 6 muy bien presentados novillos toros de El Recuerdo, casa ganadera debutante, propiedad de don Luis Ricardo Barroso Combe y de sus hijos Diego y Ricardo Barroso Couttolenc, quienes la fundaron en 2019 en el Rancho El recuerdo, ubicado en Tlaxco, Tlaxcala, con vientres y toros de Montecristo y Villa Carmela. Del encierro 3 fueron buenos en términos generales; el abre plaza se rajó pronto, el corrido en quinto lugar dejó mucho qué desear y el lidiado en sexto turno fue malo.
JESÚS SOSA
El tlaxcalteca recibió a “Tomasino”, número 16, con 425 kilos, con mandiles de tanteo y verónicas, le pintureó un quite por chicuelinas antiguas y remató con una media ceñida. Cubrió el segundo tercio y dejó 2 pares de poder a poder; después, con la muleta, tuvo que echarle cabeza para sacarle pases con tirabuzón al bello astado y aguantar arreones. Pegó algunos buenos derechazos y naturales, con el acero fue un desastre, dos avisos, pitos y abucheos por el picadillo que hizo.
A “Mane”, novillo macado con el 28 y con 462 kilos, lo saludó con verónicas y buena brega, le pintureó un quite por gaoneras; su faena de muleta fue con derechazos de aquí hasta allá, naturales de buena arquitectura y cerró con manoletinas. Al tirarse a matar recibió fuerte paletazo en una rodilla y tuvo que ser llevado a la enfermería.
BRUN ALOI
Desde que se abrió de capa marcó distancias y diferencias. Es un novillero con muchos talentos, recursos, conocimientos, técnicas y capacidades. Pintureó verónicas de fina estética, desmayó el capote con donosura e hiló su conexión con los tendidos. Pinceló un quite por gaoneras luminosas y remató con media pinturera. En el tercer tercio llevó por doblones de alto rango a su novillo a los medios y allí estructuró una gran faena en la que supo hilvanar tiempo, distancia y velocidad para crear tandas con sabor imantado que endulzaba el gusto de la gente y jalaba sus miradas. Desarrolló un trasteo variado por ambos perfiles. Estuvo muy por encima del burel, pero falló con el acero. Salida al tercio.
1Juan Diego fue el nombre del quinto de la tarde, novillo toro marcado con el 9, con 477 kilos. Muy bien hecho, pero soso, bobalicón distraído y descastado, al que Bruno Aloi le dio muy buena y larga brega. Gerardo Angelino, en el tercio de varas, le pegó un extraordinario par de banderillas. Bruno Aloi inicio faena con 4 estatuarios que le fueron ovacionados, un trincherazo y un desdén. Después tuvo que echarle mucha cabeza para lidiar a ese galimatías en que se convirtió Juan Diego; derechazos, naturales y a hilvanar de uno en uno por las malas ideas del de El Recuerdo. Fue una faena de poder, mucho poder. Estocada entera para recibir una oreja.
ANDRÉS ORIGEL
El discípulo del maestro Ricardo Moreno “Morenito”, quien además estuvo asistido por los matadores Alejandro del Olivar y Ricardo Martínez, llegó con muchas ganas. Saludó con tres largas cambiadas de rodillas, media verónica y pase de pecho; después un quite por chicuelinas. Al empezar su faena de muleta pintó doblones, naturales de mucha exposición y, en el tercero, fue empaletado por “Encuentro”, que así se llampo el novillo toro de 467 kilos, el que lo levantó muy alto en vuelta de campana de la que se paró sin verse el vestido, afortunadamente no hubo consecuencias qué lamentar. Muy buen toro. Andrés Origel concluyó con derechazos en redondo. No pudo redondear con el acero. Aplausos.
“Centenario”, toro número 29 y 444 kilos, le pidió el carnet, a lo que el celayense debió responder con gallardía, tuvo que hacer de tripas corazón y lograr algunas tandas meritorias por ambos costados. El burel fue de más a menos, pero siempre con un punto y coma de riesgo alto. El novillero cajetero pasó algunos apuros y mató de estocada, el respetable pidió oreja y, luego de aguantar mucho, el juez de plaza, Víctor Alanís, terminó por concederla.
OTRO DEBUT
Santiago Villicaña Ochoa es un chaval con sueños toreros que, previo a la final de novilleros, debutó ante un novillo de San Maximiano. El chaval dejó ver que tiene mucho talento, habida cuenta que puso en practica lo aprendido en la escuela que dirigía el matador Jacobo Hernández y, también, en una escuela de la Comunidad de Madrid, España. Así sea.