Política gourmet
Izazaga 89, petardo mediático
* El operativo en Plaza Mart sólo fue un pequeño regalo de Ebrard a Trump
* Incautarle miles de piezas de fayuca al narco es como quitarle un pelo a un gato
* El contrabando se tiene que atacar desde las aduanas y los puertos
SHOW TELEVISIVO.- El operativo que se realizó hace una semana en Plaza Izazaga 89, también conocida como Plaza Mart o “la plaza de los chinos”, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México, lugar donde fueron incautadas poco más de 262 mil piezas de mercancía de procedencia ilegal, tenemos que entenderlo como una especie de regalo por parte del titular de la Secretaría de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, al presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, quien para su regreso a la Casa Blanca, agendado para el 20 de enero de 2025, ya trae una agenda perfectamente marcada y definida con respecto a México y con tres temas muy puntuales: Migración, narcotráfico y el altísimo consumo de productos chinos (fayuca) en nuestro país. En teoría, se supone que tenemos un tratado de libre comercio, el T-Mec, con canadienses y estadounidenses, pero en la práctica la realidad es que estamos inundados de mercadería procecente de la India, Indonesia, Malasia, Hong Kong, Corea del Sur, pero principalmente de China y un muy alto porcentaje de estas mercancías entra al país de contrabando, lo que tiene muy molestos tanto a Donald Trump como al Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, pues consideran que sus socios mexicanos les estamos picando los ojos comprándole y consumiéndole a los chinos. Marcelo, hay que recordar, sabe cómo enduzarle el oído a Trump, así que, ni tardo ni perezoso, con ayuda de autoridades federales y capitalinas, planeó y ejecutó dicho operativo el cual contó con una amplísima cobertura y difusión mediática. ¡Misión cumplida!
MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES.- Al darle una lectura más amplia a esta “impactante” noticia, la verdad es que confiscarle 262 mil productos de origen chino a los comerciantes de Plaza Izazaga 89 no le afecta en lo más mínimo a los principales contrabandistas del Centro Histórico de la CDMX, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y La Unión Tepito (“La U”). El contrabando es uno de los muchos tentáculos que tiene el narcotráfico (junto al secuestro, el cobro de piso, la venta de piratería, el monopolio de pollerías, etcétera) y desde hace muchos años esos dos cárteles se han asociado con empresarios (mexicanos y orientales) para ingresar a México toneladas de productos provenientes del lejano oriente, principalmente de China. Son muy baratos y son muy corrientes. Y si son ingresados al país de forma ilegal, sin pagar impuestos, pues le dan un margen de ganancia muy grande a quien los ingresa, los distribuye y los vende. Es un negocio redondo para todos los involucrados. Por eso vecindades enteras de Tepito, Correo Mayor, el Carmen (a espaldas de Palacio Nacional), la Merced y un larguísimo etcétera están convertidas en gigantescas bodegas de fayuca. Por esos rumbos los que ordenan y mandan son los chinos y los coreanos, ellos son los verdaderos jefes y controlan la venta de todo: Ropa, calzado, perfumes, aparatos electrónicos, cosméticos, juguetes, artículos escolares, herramientas, refacciones automotrices y para maquinaria… ¡hasta medicinas piratas!
ATACAR DESDE LA RAÍZ.- Se agradecen operativos como el de la semana pasada, eso nadie lo puede refutar. Sin embargo, nuestras autoridades tienen que expandir su visión e intentar ver la fotografía completa de esta problemática, porque las incautaciones de mercaderías en las plazas, vecindades y mercados sólo afectan a los comerciantes, pero no le tocan un solo pelo a quienes están colocados en la parte más alta de esa pirámide delictiva. El Gobierno se tiene que arremangar la camisa y empezar a tomarse muy en serio la corrupción y la opacidad que están permeando tanto en las aduanas como en los puertos, porque es justo ahí por donde a diario están ingresando toneladas de productos de procedencia ilegal y todos, absolutamente todos, se están haciendo como el tío Lolo. Tiene que haber una purga y una limpia inmediatas en aduanas y puertos. Señores: ¿quién dice “esta boca es mía”?
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