Bloque negro
Sacudiendo el avispero
Las acciones gubernamentales en materia de seguridad y la respuesta de los criminales, la lucha encarnizada entre carteles y las consecuencias de todo tienen al país prácticamente en llamas.
Pero en columnas anteriores lo mencioné, la paz, el restablecimiento del Estado de Derecho y que el Gobierno vuelva a ser la autoridad va a costar vidas, sangre y fuego.
En medio de todo, queda la población, por quien se lucha, pero al mismo tiempo la principal víctima de la desestabilización.
En redes sociales circulan los videos de familias horrorizadas por las balaceras afuera de sus domicilios, y otras tantas abandonando sus hogares pasando a la lista de desplazados por la violencia, como miles en este país.
El fenómeno de violencia legítima y la no legítima actual, obedece a las traiciones, reacomodos y la nueva estrategia de seguridad, donde el trabajo de inteligencia y gabinete van por delante para que los delincuentes no libren el aparato judicial.
Aunque hasta el momento no se ha registrado un ataque directo a las autoridades policiales, el riesgo es latente derivado de las acciones operativas, decomisos, detenciones y estrategia desplegada en el país.
Lo que sí, la manera sesgada en la que se presenta la información de los homicidios registrados en el país durante los dos primeros meses del mandato de la Presidenta Claudia Sheinbaum debería ser rectificada, ya que la incidencia delictiva se mide por cada cien mil habitantes para obtener el dato real, no el número de asesinatos en crudo por estado.
Salvo eso, el cese de los abrazos le da a los mexicanos esperanza.
Los resultados no serán inmediatos ni inminentes, revertir los indicadores no será tarea fácil pero el trabajo ya comenzó. Alguien lo tenía que hacer.
La autora es criminóloga, criminalista, periodista y estratega de comunicación