Libre expresión
Ya supérame
“La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa”. Erasmo de Róterdam. (1466 - 1536) Filósofo y teólogo neerlandés.
Las diferencias entre el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla y el presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar son irreconciliables.
Los pretextos sobran: el acuerdo de coordinación en materia de seguridad, la responsabilidad de las inundaciones en el zoológico Benito Juárez, la negativa estatal de otorgarle recursos a la capital dos años consecutivos o bien, las asambleas de autogobiernos en algunas tenencias.
Pero el fondo de todo radica en la disputa electoral, primero la del 2024 donde Alfonso le ganó a Alfredo y desde ya, la del 2027, donde el alcalde capitalino se destaca como el opositor más visible para competirle la gubernatura a Morena.
Tras los comicios del presente año, Martínez Alcázar hizo esfuerzos para tratar de caminar en paz su segundo periodo de gobierno con Ramírez Bedolla. Le pidió que lo recibiera y que dejaran atrás las disputas electorales.
Luego de varias semanas, finalmente el gobernador pudo volver a pronunciar el nombre del alcalde y reunirse con él. Trataron de mandar señales de que habían fumado la pipa de la paz, pero sólo fueron simulaciones.
Ramírez Bedolla está convertido en el principal matraquero para convencer a comunidades indígenas y tenencias de todo el estado, pero prioritariamente de Morelia, para que opten por el autogobierno.
Les habla de las bondades, pero no de las responsabilidades, así que Alfonso Martínez señaló que se las ha explicado y asegura que eso ha bastado para que decidan mantenerse vinculadas al municipio.
En el caso de Capula y pese a la motivación que fue a darles Alfredo Ramírez en los días previos a la consulta, terminó recibiendo una paliza de Alfonso Martínez. Un total de 1 mil 339 personas votaron contra el autogobierno y sólo 171 coincidieron con la tesis del gobernador.
Luego, en San Nicolás Obispo, el secretario particular de Ramírez Bedolla y diputado local suplente de Morena, Aldair Medina Contreras, anduvo “operando” para sumar personas a favor del autogobierno, pero, cuando se acercaba la elección por asamblea, reculó y “operó” para que se pospusiera, ante otra evidente paliza que recibiría el gobernador.
El colmo, es que el diputado local y dirigente del partido guinda, Juan Pablo Celis Silva, el que tiene como suplente a Aldair Medina, personaje evidenciado en fotos y videos promoviendo el autogobierno en San Nicolás Obispo, amenazó con solicitar juicio político contra Alfonso Martínez.
En respuesta, el alcalde se burló de Celis Silva con un “ya supérame”. Y claro, todos saben que el coordinador de la guerra contra el edil moreliano se llama Alfredo Ramírez Bedolla, el diputado local y todavía dirigente estatal, es simplemente el mandadero. Así que, el “ya supérame”, lleva más dedicatoria para el gobernador.
Lo más lamentable de esta guerra es que los seguros perdedores son los morelianos. Mantener la batalla electoral y catalizarla con tanta antelación advierte un periodo largo de confrontaciones y falta de coordinación entre los gobiernos estatal y municipal.
Martínez Alcázar tendrá que ser muy hábil para hacer un buen gobierno que le permita mantener y crecer sus posibilidades, primero, de ser candidato a la gubernatura y segundo, de ganarle a quien resulte el candidato de Morena.
Ramírez Bedolla, insistirá en descarrilar al alcalde, evitará hacer equipo e insistirá en ejecutar obra pública en la capital sin tomar en cuenta al gobierno municipal.
En este contexto, no olvidemos que Alfredo soñaba con ser alcalde de Morelia, la gubernatura le cayó de suerte y está claro que sigue sin entender que es gobernador de Michoacán y no sólo matraquero de Morena o los autogobiernos, que es gobernador del estado y no alcalde de Morelia.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.