Caso Mauricio Solís, en manos de la FGR y Segob: Fabiola Alanís
MORELIA, Mich., 31 de octubre de 2024.- La pluma y la tinta, volvieron a tomar la calle.
Ahora no fue para la cobertura de alguna protesta, mitin o acto político.
Fue para exigir justicia y garantías al Estado para el ejercicio periodístico.
Periodistas y fotógrafos, se reunieron en Juárez y Morelos.
A las 8 con 40 minutos, llegaron a la convocatoria expresa del colectivo #NiUnoMás.
Un contingente del Agrupamiento de Reacción Inmediata de la SSP, ocupaba el acceso de Juárez hacia Palacio de Gobierno.
Se movieron, discreta y sigilosamente, hacia el interior del viejo edificio, sede del Poder Ejecutivo.
Reportaron al periodista Andrés Resillas que su presencia respondía a una eventual aparición de los integrantes es del FNLS que están apoderados de la Plaza Melchor Ocampo.
A las 9:21, integrantes tomaron de manera simbólica la puerta principal de Palacio, sobre Madero
Un cartón café leía el nombre de Mauricio Solís, el comunicador asesinado el pasado martes en pleno centro de Uruapan.
En otro, la lista de los 14 asesinados en Michoacán en los últimos años.
Andrés Resillas dio el pase de lista de los periodistas caídos, la mayoría de los casos en el limbo de la impunidad.
En cada nombre, el reclamo de justicia y el rechazo a la impunidad.
¡Ni uno más!, ¡ni uno más!, ¡ni un asesinado más!, gritaba la consigna.
Poco menos de un centenar de colegas se manifestaron en calma, no hubo bloqueo,
solo coraje, impotencia.
Sobre la banqueta norte, avanzaron hacia el Legislativo, en Madero y Pino Suárez.
Periodistas, organizado como la Amipac y los no organizados, se plantaron frente al Legislativo, donde diputados sesionaban
¡Todos somos Mauricio!, ¡ni perdón ni olvido!
Los colegas eludieron el encuentro con los diputados. No se iban a prestar para la foto.
A cambio, Paty Monreal, propuso correr lápiz y retomar los trabajos para afianzar el tema de los protocolos de seguridad para periodistas.
Tuvo que correr sangre de otro periodista, para que se generara un momento de coyuntura en el tema de la protección al ejercicio periodístico.
Lamentable, esa sangre fue de Mauricio Solís.