El guardián: dolor, duelo e ilusión de una madre por su hijo desaparecido
MORELIA, Mich., 10 de octubre de 2024.- En el cortometraje de ficción El guardián, de la directora Verónica Maciel, Atziri busca a su hijo Jacinto de 10 años, desaparecido años atrás. Ha pasado tanto tiempo que la ilusión, la magia y la realidad se entremezclan. El guardián es parte de la competencia de la Sección Michoacana del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) en su edición 22.
En entrevista para Quadratín, Verónica Maciel contó que la historia llegó por una experiencia personal porque desafortunadamente sufrió un secuestro a través de un Uber, y es probable que el mensaje más terrible que le hayan mandado a su madre haya sido ese, sobre su secuestro, fue una experiencia dolorosa, expresó.
Entonces la primera versión del guion fue muy ligada a esto, porque se le generó un trauma a la directora, tuvo mucho miedo y además soñaba mucho esta situación hasta que un día decidió que debía escribir sobre esto, y como en ese entonces estudiaba cine, hizo un guion pero uno muy diferente, explicó, uno relacionado a la mitología de un volcán, pero aún no estaba lista, así que decidió guardarlo.
Por la experiencia le quedó muy marcado el interés por el tema de los desaparecidos, por los grupos de búsqueda, por las madres buscadoras, y en una ocasión vio la película documental Ayotzinapa: el paso de la tortuga, dirigido por Enrique García Meza. En esta ocasión durante la proyección de este material, se encontraban los familiares de los desaparecidos.
El documental muy duro, le hizo pensar sobre la posible muerte de los estudiantes y le sorprendió mucho que en el lapso de las preguntas y respuestas, una de las madres de los desaparecidos, señaló que todos los días por las mañanas hacía el café como le gustaba a su hijo por si un día regresaba.
Ahí lo más claro para ella fue que los familiares difícilmente superan ese tipo de situaciones, permanecen en un limbo de emociones, no hay cierre, y también supo que la protagonista de su corto sería la madre y no el niño desaparecido.
También estuvo como invitada en reuniones de mujeres que vivían duelos por el fallecimiento de sus hijos, y también notó la diferencia entre una mujer que pierde a su hijo por una enfermedad, a otra, una madre con un hijo desaparecido; son duelos muy diferentes, sin cierre.
En ese momento, a la directora le dieron una beca para estudiar producción cinematográfica en Estados Unidos, y decidió que un trabajo así sería su tesis, porque además quería hacer una coproducción México-Estados Unidos.
Además se dio otra circunstancia: todas las personas que trabajaban en el proyecto también habían vivido alguna experiencia de pérdida, algo que antes no era tan común, y ahora las desapariciones son cada vez más cerca de los círculos personales. Incluso la actriz que participa como Atziri tuvo una pérdida muy fuerte, entonces conectó con el guion de manera rápida y ella le dio mucho de sí y de su propio duelo.
"Siento que fue muy bonito porque fue un proyecto que sanó muchas heridas en el crew, y para mí en lo personal me cambió como el recuerdo de algo tan feo por algo bonito, decir: 'mira, de ese evento tan traumático surgió algo lindo", expresó e indicó que cuando se ha compartido algún otro festival, la gente se acerca y le comentan sus propias experiencias, "me gusta mucho esa esperanza".
Como ella ha vivido en Morelia, siempre ha tenido un afecto especial por el FICM, y nunca le había tocado participar como directora, pese que había tenido materiales con algunas productoras hechas con amigos, y ahora está feliz porque será Morelia el estreno de su trabajo, y en este festival que le gusta mucho.