¿Y si me tiro al vacío?: la complejidad de las relaciones afectivas
¿Y si me tiro al vacío? es el nuevo libro de Adriana Ayala, el cual se presentó en el marco de la Tercera Feria del Libro y la Lectura de Morelia 2024. Se trata de una historia en cinco capítulos contados a manera de secuencia fotográfica, en el día a día de una familia con personajes conflictivos. Esta historia se empezó a gestar hace 10 años, señaló la aurora.
Durante la presentación realizada en el Ágora Principal de esta feria, la escritora Yuri Bautista externó que ¿Y si me tiro al vacío?, aborda temas complejos y sensibles con reflexiones en torno a la enfermedad, la muerte y las enfermedades mentales. En cinco capítulos, expresó, muestra la complejidad de las relaciones afectivas y también de las relaciones sexo afectivas.
"Podríamos decir que es una novela polifónica porque cada cada capítulo es narrado por por un personaje, entonces todos estos personajes están involucrados o vinculados en torno a la familia, puede ser la familia consanguínea o no, esas personas que están ahí con nosotros, con nosotras, en los momentos más difíciles, o al contrario, que no están, entonces está esa también ese ese vacío", expresó durante la presentación.
Destacó que al interior de este libro hay una variedad de géneros, por llamarlo de alguna manera, donde se abordan temas como la violencia de pareja. Son indicó personajes muy solitarios que tienen consecuencias emocionales a partir de las relaciones complejas que se dan al interior de la familia. En ese sentido destacó el tema de la maternidad y el personaje de Silvia, quien es la madre.
En su participación, la gestora cultural y editora independiente Mara Rahab, expresó que encontró básicamente como tema principal de esta novela a la maternidad. También dijo que cuando empezó a leer el texto lo encontró ágil y sin complicaciones a la lectura, la cual lleva a querer saber más de la historia al pasar de hoja a hoja.
No obstante, externó, "sí hay momentos en que sí se me hizo una novela muy profunda y muy difícil, y eso me gusta mucho porque son estos libros que te atrapan, quieres seguir leyendo, pero al mismo tiempo dices: 'híjole hay de todo, mucha sensibilidad, muchísima, pero también de repente hay incluso momentos de mucha violencia en los que hay que parar un minuto".
Le pareció interesante, externó, que justo en estas líneas, estos personajes que se construyeron de manera maravillosa, cada uno de ellos ocupa cada capítulo, como dijo Yuri Bautista, en una novela que habla de una familia llena de problemas, "sin ganas de solucionar, resistiendo la vida, resistiendo a uno con el otro, es decir, se saben que están pero no se están, y es una familia completamente quebrada, y que eso provoca mucha violencia, mucho resentimiento", indicó, lo que provoca que no haya relaciones sanas.
En medio del caos familiar, para Mara la persona más sana en esa familia es la madre, Silvia, quien no solo se construye, sino que enfrenta con valentía varias situaciones.
Este libro expresó Adriana Ayala, lo escribió en 2015, lo que significa que cumplió casi 10 años. También contó que en ese momento estudiaba en Guadalajara, y había un curso que se llamaba Del cuento largo a la novela, y ya había una especie de estructura, y como a ella le gusta mucho el género del cuento, se ve reflejado en el estilo de la novela presentada.
"A mí lo que me gustó mucho del género del cuento, es que precisamente se puede abordar una problemática de manera muy profunda, aparentemente hay cosas externas, pero abordaste más profundos en muy poco tiempo o en muy poco espacio", expresó e indicó que de alguna manera la estructura ya casi estaba dada.
En ese entonces iba a hacer un viaje y se iba a perder tres sesiones de las cinco de este curso, y pensó en no tomar el taller porque serían muchas sesiones perdidas. Sin embargo, haberse ido esas tres sesiones hoy lo agradece, porque el hecho de haber estado fuera la dinámica del grupo, le permitió tomar el camino con más libertad, "hacer lo que yo quisiera y como sin una directriz, y más bien yo hacerlo más mío".
La estructura ya estaba la familia compleja, que precisamente tiene una gran incapacidad para comunicarse, sus integrantes no pueden comunicar sus necesidades básicas, "creo que eso tiene que ver con un montón de familias, aunque la situación acá está un poco complicada, yo creo que muchas familias no sabemos comunicar lo que queremos, y de ahí parte todo el embrollo, de estar en situaciones límite donde ya no sabes por qué estás viviendo la vida como la estás viviendo, y sintiendo que te lleva todo el mundo menos tú".
En esa estructura de 2015 solo había cuatro capítulos y cuatro personajes, contó Adriana, "en teoría una novela corta, se supone que es una sola voz, un personaje y ya, muy pocos temas, pero acá el reto era tener varias voces", expresó.
El tiempo de escritura fue muy corto, dijo, a diferencia de otros proyectos que tuvo donde pudo tardarse un año o un año y medio, "aquí lo que me preocupaba es que las voces se diferenciaran, es decir, que tú como lector, si estás leyendo a Jorge, luego cuando lees a Richard, no digas: 'parece que estoy leyendo a Jorge otra vez".
La autora manifestó que le gusta mucho divertirse en el proceso de escritura, y que es verdad que este proceso es muy solitario, que se pasa mucho tiempo a solas con los pensamientos, con lo que se está viviendo, con lo que está sintiendo, "y yo soy alguien que divago muy fácil", expresó, por lo que se puso retos para poder sacar la novela y de paso desromantizar la figura de la madre.