Hablando en serio
Violar una frontera es un delito, no un derecho humano
El video de YouTube: “Countries Where IMMIGRANTS Not Allowed” llamó mi atención; describe los países y las razones por las que 10 países ya no aceptan ilegales y los están expulsando.
Debo aclarar que mi opinión no parte de criterios, acuerdos, tratados o convenios de supuestos derechos humanos, muchas veces mal entendidos y muchas más, mal aplicados y en todos los casos pactados por gobernantes, dirigentes o una clase política que acuerda sin el consenso de la ciudadanía y eventualmente a espaldas de esta.
Crecí en un México nacionalista que incluía en su himno la expresión: “…más si osare un extraño enemigo, profanar con su planta tu suelo…”, lo que implica defender el suelo patrio, lo que no se puede hacer con una política de fronteras abiertas como la de México, lo que entendió con claridad Donald Trump, ya que no podemos negar la realidad de que las pandillas y los delincuentes (muchos, no todos) que entran a México y a USA de manera ilegal, son enemigos de ambos pueblos. En el caso de la migración ilegal parto del criterio, que me parece correcto, del Primer Ministro de Hungría, Viktor Orban, quien declara: “En Hungría, violar leyes, requisitos y/o reglamentos para ingresar al país, no es un derecho humano, es un delito y quién lo comete es un delincuente.” Las fronteras son eso, fronteras que delimitan el territorio de una nación que establece leyes y reglas de convivencia y de ingreso, y no es un derecho humano violentar la frontera o la soberanía de una nación, así de sencillo.
Me queda claro que el Señor Orban no solo ha sido criticado, sino que ha sido vilipendiado y sancionado por las “autoridades” de la Unión Europea encabezadas por la impresentable Úrsula von der Leyen (Presidenta de la Comisión Europea) y el despistado Josep Borrel (Vice Presidente de la Comisión Europea), “líderes! ambos que no fueron elegidos por los ciudadanos de Europa, sino por un parlamento que se asume como un poder supranacional que de facto atenta contra la soberanía de las naciones que le integran, ya que toma decisiones y aplica sanciones al margen y eventualmente en contra de los gobernantes y congresos nacionales y obvio, sin el consenso y aprobación de los ciudadanos de cada país.
Quiero mencionar que soy un creyente del derecho internacional que reconoce la soberanía y el derecho a establecer las reglas de convivencia de cada nación, definidas estas por sus congresos y no por entidades supranacionales que, en mi opinión, por simple sentido de conveniencia, están al servicio de las potencias mundiales de occidente encabezadas por los Estados Unidos de Norteamérica; no es secreto la parcialidad con la que opera la ONU, cosa de ver a más de 100 naciones votando por constituir dos naciones, dos estasdos, Israel y Palestina, en tierras palestinas y el voto de censura de 2, USA e Israel, que se abrogan el derecho de imponer sus intereses y compromi$os al concierto de naciones del mundo; como tampoco es secreto a los intereses de quién sirve la Unión Europea, que puedo afirmar no son los de las naciones y los de los pueblos que la integran, con un agravante, existen vasos comunicantes entre la Unión Europea y la OTAN (brazo armado de occidente liderado y financiado principalmente por USA y obvio, a su servicio), lo que deja dependientes militarmente a los países que integran la OTAN y consecuentemente los deja bajo el control y a las órdenes de los norteamericanos; todo ello, reitero, al margen del deseo y el interés de los pueblos de Europa, creando así una entelequia que por definición acaba con la cacareada democracia, ya que las decisiones de la Unión Europea se toman al margen y sin el aval del interés de los pueblos, por supuestos líderes no elegidos con el voto ciudadano. No son de extrañar entonces, las manifestaciones y conflictos que se viven en todo el mundo (especialmente en Europa), por causa de la migración ilegal promovida y aceptada por un grupúsculo de personas, con intereses oscuros, ajenas a los gobiernos nacionales e impuesta por la Unión Europea y obvio, en contra del interés de los ciudadanos y de las naciones, antes soberanas.
El mandato de cualquier sociedad al elegir a sus gobernantes, es de que protejan los intereses del pueblo que les eligió y el interés nacional, no el interés de grupos de poder, de migrantes ilegales o de una nación extranjera; de igual manera es la obligación de cualquier gobernante atender las necesidades y resolver los problemas de los ciudadanos, no de extranjeros; lo que a base de tropezarse con la realidad parece que ya entendieron Suecia, Dinamarca, Inglaterra, Holanda, España e Italia, entre otros, que ya están tomando medidas para: 1.- No permitir el ingreso de migrantes ilegales, 2.- Evaluar si quienes quieren ingresar no generan problemas económicos, culturales y/o sociales, y 3.- Sacar del país a quienes, después de haber entrado ilegalmente, están causando problemas. Este asunto es tan grave y trascendente, que está a punto de definir la elección del futuro Presidente de los Estados Unidos y Comandante den Jefe del mayor ejército del planeta, en dónde, Donald Trump, por el partido republicano oferta priorizar el interés de los ciudadanos de USA y expulsar a quienes entraron de manera ilegal, en tanto, Kamala Harris por el partido demócrata, oferta una política de fronteras abiertas, reconocimiento de derechos a migrantes ilegales, apoyos pagados con dinero de ciudadanos que trabajan y aportan y hasta el derecho a votar en USA a pesar de su ilegalidad, por un obvio interés político.
Lo sé, soy parcial, si yo fuera ciudadano norteamericano, por lo expresado votaría por Trump. Conclusión mi voto es para quien se compromete con servir al pueblo que lo elige, no por quien privilegia intereses extranjeros o de grupos de poder… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión
Santiago Heyser Beltrán