Admite Vladimir Díaz que está dispuesto a dejar la vida en el ruedo
MORELIA, Mich., 9 de octubre de 2024.- Vladimir Díaz es de otra arcilla, de otra pasta, de otra madera. Lo conozco desde sus primeros inicios, desde que se presentó por primera vez en un redondel, en el Cortijo la Maestranza de Morelia, siendo todavía un niño de la mano de Hilda Tenorio. Lo vi por su paso de las manos de Marbella Romero y Saúl Méndez. Estuve al pendiente de su andadura por España, donde estuvo 7 meses, y no le he perdido la pista. Allí hay talento, hambre, determinación y sueños, muchos sueños que quiere cumplir y no le importa si en su búsqueda tenga que ofrendar su la vida.
Vladimir ha picado piedra en serio y en serie. No deja de hacerlo, porque se carga unas ganas de ser y hacer que no le caben en el cuerpo. Va a todas y no se arredra, no da paso atrás. Sí, es verdad, ha tenido caídas, pero se levanta; se ha equivocado, pero siempre trata de enderezar su rumbo; da tumbos, pega petardos, pero y cómo no, si siempre va con el alma por delante. No sé si cuaje, no lo sé, pero de que está dispuesto a pintar de rojo la arena, ni duda cabe. Por eso nunca hay que darlo por descontado, jamás, porque allí hay un prospecto de torero.
Esta noche lo veremos en acción en el Palacio del Arte, Sagrario de los Consagrados. No sé si le alcance para salir avante, porque tiene grandes competidores en las personas de Tato Loaiza, Luis Garza, Jesús Sosa, Antonio Magaña y Emilio Saavedra, quienes también harán todo lo que esté de su parte para alcanzar el boleto para la tercera novillada, pero lo que sí está claro es que Vladimir Díaz va a poner en juego su carne, su sangre, su alma, su corazón y su vida. Escuchémoslo para no dudarlo, porque sus palabras hablan fielmente de su esencia, compromiso y apuesta.
Sí, escuchémoslo, porque lo dice desde el fondo de su alma: “Sí, señor Óscar, yo sé que esto es difícil, yo sé que es muy difícil, pero lo hago por el hambre, por toda el hambre que me ha tocado pasar, de todo tipo. Lo hago porque es mi pasión, mi sueño; es lo que me gusta hacer; yo hago mi lucha por cumplir mi sueño. Y créame que con todas mis fuerzas lo voy a tratar de alcanzar”.
No se achica nunca, antes bien se crece al castigo, respeta a todos, pero a todos los ve como el reto que debe afrontar: “Sí, sé que en el cartel hay compañeros mayores, con más recorrido, experiencia y, posiblemente, no lo sé, con mayores oportunidades económicas. A mí, la verdad, me ha costado bastante. He picado mucha piedra, he tocado también muchísimas puertas pidiendo las oportunidades, por lo mismo sé qué es lo que cuesta cada oportunidad y sé valorarla y me esfuerzo por aprovecharlas al máximo y, créame, voy a hacer lo que tenga que hacer para aprovecharlas”.
Es agradecido y la mejor manera que tiene para demostrarlo es salir a darse entero, en cuerpo y alma, y a entregarse sin medidas; “claro que sí, don Óscar. Tengo muy claro la magnitud de la oportunidad que me están dando, por eso mismo me he preparado día tras día yendo a ganaderías a tentar, entrenando diariamente. También me preparo física, mental y emocionalmente para este gran compromiso. Y considero que la señora Tomasina y el matador Teodoro Gómez saben de mi capacidad, confían en que estoy al nivel de mis compañeros que tienen más experiencia que yo. Y yo también lo sé”.
Ha corrido la legua, a brincado el charco y ha regresado sin perder ni un ápice de su entusiasmo, de su hambre: “Sí, así es. Gracias a todas las personas que me han apoyado. Cuando me fui para allá me abrieron los ojos y vi la profesionalidad, el compañerismo que nos hace falta en México, o por lo menos en Morelia. Y me quedo con eso, con los aprendizajes, las grandes amistades; con el conocimiento, las grandes experiencias que pude vivir y compartir con muchos amigos con los que todavía tengo contacto. Con eso me quedo”.
No evade el reto, antes bien se compromete y se ofrenda para seguir en pie de lucha, porque sabe que lo suyo debe ser no claudicar, no desmayar, ir siempre para adelante: “Este viernes van a ver al mismo Vladimir de siempre, con toda el hambre, las ganas de triunfar y al que está luchando por sus sueños, porque quiere llegar a ser figura del toreo. Y sé que lo voy a lograr. Ese es el Vladimir que van a ver, el Vladimir que lo deja todo en el ruedo, al que hace disfrutar a la gente, al que disfruta en la cara del toro”.
No es de los que se compara, de los que se miden, de los que ven de abajo para arriba, ni de arriba para abajo. Es, eso sí, un novillero que se tiene fe, que se sabe y se quiere, por eso se compromte: “No es dónde me coloque, don Óscar. Yo tengo las capacidades para pelearles a los novilleros del cartel de este viernes. Y no solamente a ellos, sino a cualquier novillero del mundo. Y sé que voy a salir triunfador y que después estaré en el mano a mano con Bruno Aloi. Y claro que no me voy a dejar y siempre voy a salir con todas las ganas y con el hambre que he pasado”.
Sí, se cae y se levanta, se equivoca y enmienda, la riega, la vuelve a regar, pero una y otra vez busca la salida, la entrada y el retorno al camino y al rumbo, al sino y al destino: “Le agradezco muchísimo, señor Óscar, sus buenos deseos. Y como me lo ha dicho mi padre a lo largo de lo que llevo de becerrista y novillero: la suerte está en la preparación, porque no podemos dejar todo al azar en espera de que nos llegue la oportunidad. Me preparo para aprovechar y sé que estoy al nivel y hoy, como siempre, lo voy a dar todo”.
No, no sé si Vladimir Díaz vaya a triunfar. No sé si este joven novillero moreliano con apenas dos novilladas, en una de las cuales fue el triunfador, en la primera, haga la hazaña, pero lo que sí está claro es que saldrá a ofrendarse y él se prodiga a la manera siguiente:
“No me queda más sino decir que el toro no sabe si quien está enfrente es rico o pobre, no distingue clases sociales, no distingue sexos, no distingue géneros. Nada de nada, para él todos somos iguales. A mí lo que me queda es hablar en el ruedo, allí voy a hablar, a expresar mis sentimientos y mi forma de ser. De antemano muchas gracias por su tiempo y créame que voy a darlo todo en esta noche, así salga con una cornada, como sea, porque yo estoy dispuesto a dejar la vida en el ruedo si es necesario”. Así sea.