Tigres de arena
Ocaso del intelecto
Desde el 02 de junio se inauguró una nueva época política en México donde la persecución, el hostigamiento y la agresión se han convertido en la normalidad del movimiento del sótano de la historia.
Los pocos intelectuales que han sido críticos del oficialismo han sido víctimas de linchamiento mediático y objeto de ofensas sin sentido por causa de la “victoria transformadora” que ha colocado a la “heredera” en la antesala de palacio nacional.
Mexicanos valientes y pensantes como Denisse Dresser, Héctor de Mauleón o Carlos Bravo Regidor se han mantenido firmes en sus convicciones y no han reculado en su análisis crítico sobre el futuro sombrío que le depara a México. Mención en lo particular merece el caso de la doctora Dresser quien ha sido objeto de ataques en las redes sociales y a quien se le ha “marcado” desde el oficialismo, poniendo en riesgo su integridad. Mi solidaridad desde esta tribuna virtual para ella y aquellos que ya sufren el acoso fanático.
Por otro lado, el ocaso del intelecto, encarnado en los farsescos intelectuales del oficialismo, oculta que su narrativa vital se ha extinguido. Con lo sucedido el 02 de junio y en los días subsecuentes, el fraude “transformador”, la represión y el terrorismo de Estado ha sido abrazado por ellos como nunca antes se había visto. Todo aquello que juraron destruir es lo que hoy los mantiene vivos.
En el caso de la clase intelectual de la oposición, ésta ha quedado humillada, perseguida y silenciada. Desde los medios tradicionales se acalla cualquier acusación de fraude y los clásicos analistas no pondrán bajo la lupa a la virtual presidenta electa.
En este contexto, también resultan tardías las reflexiones de Lorenzo Córdova Vianello y Ciro Murayama, quienes buscan darle una explicación racional a un fenómeno que prácticamente enterró el sistema político-electoral de México. Desde sus antiguas posiciones no consiguieron defender al INE. El golpe ya estaba dado desde la nominación de consejeros afines al movimiento oficial.
Recientemente hablaba con una amiga española sobre el comportamiento del electorado en su país y ella me sintetizaba de manera muy sencilla que allá se votaba por castigo al mal desempeño de la clase política. Acá en México no existe el voto de castigo sino el castigo del voto por las circunstancias bajo las que se coptó el mismo durante este sexenio. “Si no votas por mí iré por ti”, en resumen.
También existe un comprensible pero discutible reclamo hacia los partidos políticos que nominaron a Xóchitl Gálvez como su candidata presidencial y por sus resultados como coalición. Es discutible desde el momento que hay que aclararle al electorado que los partidos entregaron todos sus recursos humanos, financieros y materiales para que sus candidatos pudieran salir a competir en las condiciones que lo hicieron.
Los partidos contendieron con todos los medios a su alcance sin romper el orden jurídico establecido más allá de haber sido engañados por el propio sistema. No existió abandono alguno hacia Xóchitl y los resultados del 2021 respaldaban el accionar de la coalición.
Finalmente, los tiempos oscuros ya llegaron y estos durarán mientras el oficialismo no derrumbe el sistema económico como lo conocemos y con ello la vida en dignidad que le queda a los mexicanos.
Bismarck Izquierdo Rodríguez
Secretario de Cultura del CEN del PRI
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