Sembrado de nubes, igual de eficaz que bailarle a Tláloc: especialista
MORELIA, Mich., 4 de junio de 2024.- Hace más de un año y medio que el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Guillermo Murray Tortarolo, advirtió sobre la poca eficiencia de la siembra de nubes, sin embargo, en las próximas semanas se espera que Gobierno gaste 12 millones de pesos en ello.
“Contrariamente a la opinión de algunos políticos, tenemos muy poco control sobre las lluvias. Los intentos para cosecharlas, bombardearlas o sembrarlas, son prácticamente igual de eficientes que hacer una danza de la lluvia o rezarle a Tláloc”, expresó el investigador en su texto de noviembre publicado por la Sociedad Científica Mexicana de Ecología y Nexos en noviembre del 2022.
A los seis meses de haber hecho la primera publicación sobre la sequía y la siembra de nubes, nuevamente cuestionó Murray Tortarolo, miembro del Sistema Nacional de Investigadores cuestiona en su texto (SNI) .
“La predicción de la disminución de las lluvias se hizo hace más de seis meses-en noviembre del 2022-y nuevamente nos encuentra sorprendidos. Esta situación acarrea un creciente número de impactos sociales y económicos que sólo aumentarán en los próximos meses. Así, en lugar de prevenir de antemano, se ha comenzado a proponer una solución de muy dudosa confiabilidad científica: el sembrado (o bombardeo) de nubes”, refirió en su texto conjunto en abril del 2023.
Pero, ¿cuáles son estas supuestas evidencias?
Señala que si bien el mecanismo de sembrado de nubes no es dañino, tampoco es enteramente efectivo, porque depende en gran medida del sitio donde se aplica.
“Las evidencias científicas sobre el funcionamiento del bombardeo de nubes son muy dudosas y extraordinariamente dependientes del lugar donde se lleva. Su eficacia se ha probado de manera parcial únicamente en lugares fríos, donde ha demostrado aumentar ligeramente las nevadas invernales. Fuera de dichas regiones, su utilidad es completamente incierta, particularmente en sitios cálidos”, expresa en el texto del investigador.
Lo referido por Murray Tortarolo apuntan a que en Michoacán podrían no tener los efectos esperados, especialmente en la región centro, donde las temperaturas actuales han alcanzado los 35 grados centígrados.
Sostiene en su ensayo que, “en una revisión de más de 800 estudios sobre bombardeo de nubes, la Academia de las Ciencias de Estados Unidos (National Academy of Science), concluyó que este procedimiento no aumenta de manera significativa las precipitaciones, y aun en los pocos casos en los que parece que sí, la eficacia es menor a un aumento del 10 %.3 En otras palabras, el procedimiento no tiene respaldo científico y, aun cuando la ciencia estuviera equivocada —que parece poco probable—, su eficacia es prácticamente nula.
Además, sostiene que si bien los productos utilizados en el proceso no se tiene hasta ahora evidencia que afecte la salud de las personas, tampoco ha suficiente investigación para descartarlo por completo ni como afecta al medio ambiente, la flora y la fauna.
“La tecnología actual para el manejo del clima está en pañales, con pruebas muy poco convincentes de su utilidad. Más aún, no acabamos de comprender todas las consecuencias que podría tener el tratar de modificar el clima a través de la geoingeniería”, añade el especialista en cambio climático y las consecuencias de ello en la vida cotidiana.