Hablando en serio
“El juicio de Trump, que no debió ser…”
Casi diría que es obvia la persecución judicial de Donald Trump por parte del “establishment” (el gobierno de Biden), para sacarlo de la carrera por la presidencia de USA en noviembre 5 de este año.
Mientras en México se derrumba como turrón de azúcar al contacto con el agua el prestigio del otrora Ministro Presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, hoy “asesor” de Claudia, en USA no cantan mal las rancheras y el poder judicial también se exhibe, salvo honrosas excepciones, servil al poder ejecutivo.
Diariamente roban primeras planas internacionales los eventos alrededor del juicio contra Donald Trump por haberle pagado $130,000 dólares a la “artista” (es un decir) porno, Stormy Daniels, con quién, ella dice, se acostó (tuvo sexo) en el 2006, hace casi 20 años; Trump lo niega,… yo también lo negaría, no por mentir, sino por dos razones: 1.- Porque un caballero no tiene memoria, y 2.- Porque la vida sexual de las personas cae en el ámbito de la vida personal y privada dónde nadie tiene que meterse.
Lo interesante de este juicio, es que a pesar que no lo juzgan por tener sexo con una prostituta, Stormy es una testigo principal, tampoco lo juzgan por ocultárselo a su esposa que en esas fechas estaba embarazada; ni siquiera lo juzgan por pagarle $130,000 dólares a la “señora” por su silencio, lo juzgan por no declarar como gasto de campaña el pago hecho a su abogado, supuestamente para restituirle los $130,000 dólares que éste le entregó a Stormy a cambio de su discreción y silencio, pago que según “la justicia” de USA, debió ser declarado, ya que tuvo como objetivo silenciar a la prostituta para que en tiempo electoral, en el 2016, los electores no supieran de las aventuras amorosas del entonces candidato Donald Trump.
El primer tema es que al elector debería importarle un bledo lo que Trump hizo hace 10 o 20 años y lo que hace hoy con su vida sexual; al candidato se le evalúa por su capacidad y carácter y para conocer sus propuestas de gobierno y su compromiso para cumplirlas para ser un gobernante eficaz, no para ser un Santo; aquí aplica aquel argumento (siento no recordar al autor, mil disculpas) que decía: “Si me van a juzgar con la Biblia, soy pecador y soy culpable, pero, si me van a juzgar de acuerdo con la ley, soy inocente, porque pecar no es ilegal cuando no se hace daño a nadie”; como es el caso. Ahora bien, dicho lo anterior, el juicio se debería limitar a evaluar y sancionar el daño “electoral” que pudo causar no reportar $130,000 dólares como gasto de campaña; ¿si es así?, la penalización debería sancionarse con una multa y punto final; sin embargo, el interés, opino, no es la justicia, el interés es sacar de la carrera presidencial 2024 a Donald Trump, por ello se amenaza al candidato republicano con encarcelarlo, lo que dañaría su imagen y su campaña… ¡Una canallada electoral!, como las que hacen en Nicaragua y en Venezuela,... pero esta en el país de la “supuesta” democracia.
Para poner en perspectiva la gravedad de no reportar $130,000 dólares, comparto del Heraldo de México: “En la campaña presidencial del 2020, el presidente saliente, Donald Trump, y el presidente electo, Joe Biden, recaudaron conjuntamente mil seiscientos millones de dólares…”, es decir, no reportar $130,000 equivale al 0.00008% del costo de las campañas presidenciales; de ese tamaño el supuesto delito.
Entrando en el imaginario pago de $130,000 dólares que el ex abogado Michael Cohen (en un tiempo amigo, empleado y confidente de Trump, hoy su detractor) declara haber hecho en nombre de Trump para silenciar a la “señora” (es otro decir) Daniels, supongo debería estar respaldado por un acuerdo de confidencialidad firmado por la señora Stormy Daniels (lo que la pondría en el supuesto de una penalización monetaria millonaria por no callar); de no existir ese acuerdo por escrito, estaríamos ante un acto de ingenuidad, cuando no de irresponsabilidad del ex abogado, al supuestamente entregar $130,000 dólares creyendo en la palabra y compromiso de la prostituta como única garantía por su silencio; lo que sería prueba y demostración de que Trump nada tuvo que ver, porque podemos acusar a Donald Trump de mil cosas, no de ser estúpido y creer en la palabra de una mujerzuela cuyo interés personal, de ser cierto, sería gritar a los 4 vientos que tuvo sexo con Trump (millonario y expresidente de USA) para tener fama, y de no ser cierto, también, porque ello la pone en las noticias y en la posibilidad de “vender” “su historia” (lo que ya hizo) para lucrar con el infundio.
Finalmente, muy buen amigo el ex abogado Cohen que con su dinero pagó en nombre de su patrón $130,000 dólares con la expectativa de que “luego” se lo reembolsaría, hoy, se convirtió en el muy mal amigo que quiere empinar a su ex patrón, a pesar de que según su dicho, si le reembolsó el “préstamo”.
Conclusión, si yo fuera Trump, al hacer mi declaración diría: Lo que hizo Cohen con su dinero, fue su asunto, es cosa de él, si se lo quiso regalar a una mujer, es su problema, yo le pagué por sus servicios legales y nada más, por otro lado, es una pena que un juicio por un supuesto registro equivocado de gastos de campaña, termine en un espectáculo denigrante para dañar mi imagen, en campaña con las declaraciones de la “señora” Stormy Daniels, lo que exhibe al sistema de justicia de los Estados Unidos de Norteamérica ante todo el mundo.
Adicionalmente, después de su ignominiosa descripción de lo mal amante que fui, es de no creerse que después de 20 años este fresco el recuerdo de un affaire inexistente en la memoria de la “señora” Daniels; nada más con ese dato tenemos prueba de que miente; porque, o soy tan buen amante que no me puede olvidar o miente para lucrar, como en mi opinión lo ha hecho, porque, si alguien espera que recuerde una intrascendente aventura de una noche de hace 20 años, no tiene idea de lo que es la memoria humana, porque aún habiendo sucedido, mentiría al decir que la recuerdo. Cierro mi intervención recordándole al jurado que se me juzga por no haber registrado $130,000 dólares como gasto de campaña, los registre como pago a mi abogado, ya que fue un pago a mi abogado, si aún con ello el veredicto, según su criterio es de culpable, Señor Juez, a pesar de que lo considero injusto, esta juicio nunca debió suceder, ya que solo merecería una multa por ello; Por último, espero que el jurado y el público de todo el mundo se hayan divertido con el inmoral espectáculo que permitió el juzgador al exhibir inmoralmente un supuesto encuentro sexual que nada tenía que ver con el caso que se juzga. Gracias… ¡Así de sencillo!
Un saludo una reflexión:
Santiago Heyser Beltrán