La intolerancia
La polarización promovida desde el gobierno entraña intolerancia. El rechazo al otro es el signo de nuestros tiempos. Preocupa más cuando viene desde el poder y de quien se supone es el presidente de todos los mexicanos. Una y otra vez recurre al insulto, a la calumnia y a la mentira para descalificar a los de la acera de enfrente. Los de enfrente no son los criminales que han ensangrentado al país ni aquellos que atentan contra los derechos de las familias o de la paz social.
No, a quienes el presidente degrada son a quienes disienten de él y de su gobierno. Los periodistas o intelectuales independientes, los padres de niños con cáncer que exigen respuesta, las mujeres que reclaman el ultraje del régimen patriarcal, las víctimas de la violencia generalizada, las madres buscadoras y muchos otros, por no decir los adversarios políticos y los aspirantes que compiten por el voto en un partido diferente a la coalición del régimen.
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