Tigres de arena
México: hora cero
“Los revolucionarios no hacen revoluciones. Los revolucionarios son aquellos que saben cuando el poder está en la calle y luego pueden tomarlo.”
Hannah Arendt
Concluyó el periodo coloquialmente conocido como “intercampaña” y a partir del primer minuto del 01 de marzo se arrancará la campaña electoral a nivel federal, tanto para elegir al titular del poder ejecutivo, así como a legisladores en las cámaras del Congreso de la Unión.
Después de más de 5 años durante los cuales el oficialismo pisoteó e intentó desmontar el sistema electoral mexicano, se iniciará la que se avizora como la última elección libre en México. La amenaza totalitaria está preparando sus embates más contundentes y la mira está puesta sobre el INE y los órganos que dan certeza política y electoral de esta nación.
Para quien redacta esta columna es una ilusión pensar que apenas se darán a conocer las propuestas de los y las candidatos a elección popular pero en esta realidad política tan enrarecida y violentada que ha generado el oficialismo, el inicio de las campañas federales no marca más que un mero formalismo, ya que se ha vivido prácticamente un sexenio en permanente asedio proselitista.
La elección del 2024 seguirá la tendencia negra de los procesos del 2018 y el 2021, por causa de la violencia generada por el crimen organizado a nivel nacional y su injerencia en los procesos en los tres niveles que estarán bajo competencia.
Por otro lado, de parte de la falsa transformación persiste la narrativa polarizante y la consigna de desmantelar el “antiguo régimen”, a través de las recientes propuestas de reformas constitucionales que sólo han de abrir otro frente en las cámaras y en algunos medios de comunicación.
El proceso electoral que comienza este viernes a la medianoche ya es el más importante del siglo XXI y más allá de las crisis ideológicas, políticas y humanas, México y su población han de demostrar cómo se ha consolidado la democracia y que la única vía para mantener la concordia es a través de un proceso legitimado por la ciudadanía —es decir, por cada uno de los mexicanos dados de alta en el padrón electoral— en todas sus etapas.
El desgaste para las candidatas presidenciales ha sido ya uno muy notorio en función de llevar casi un año en exposición tanto mediática como social y ahora les queda cumplir con los 90 días que marca la ley para presentar sus propuestas y convencer a los habitantes de este país de aquello que representan. La única constante en este ambiente atípico y de polarización es que las reglas que antes servían para predecir escenarios hoy prácticamente son obsoletas. La elección del 2024 se resolverá en el día a día. No hay contienda juzgada ni jugada todavía.
Para cerrar esta semana, sólo queda desear para bien de México que esta elección concluya sólo con ganadores y derrotados y no con víctimas y victimarios. El país está en juego. Se vive la tensa calma antes de la hora cero: la hora más crucial para la vida política moderna de esta joven nación.
Secretario de Cultura del CEN del PRI
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