Soledad: tan dañina como el alcoholismo, la obesidad y el sedentarismo
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de febrero de 2024.- Lo más importante al abordar el tema de la soledad, afirma María Montero y López Lena –docente e investigadora de la Facultad de Psicología– es comprender que ésta no necesariamente conduce a un estado depresivo y que incluso puede ser benéfica para quien ha aprendido a gestionar sus emociones.
De acuerdo a información publicada en el portal UNAM Global se expone que la investigadora, quien dedicó su tesis doctoral al tema, comenta que en sus indagaciones ha encontrado que la soledad es un estresor, ya que “es resultado de la percepción de carencias afectivas, reales o subjetivas. ¿Por qué es un estresor? Porque depende de los recursos socioafectivos con los que cuente la persona para enfrentar dicha experiencia. Desde el punto de vista psicológico, la soledad tiene una faceta negativa, vinculada con el desequilibrio entre la cantidad de afecto que la persona requiere y la que cree recibir. En contraste, también hay evidencia científica que vincula a la soledad con procesos más complejos como la creatividad. En consecuencia, se concibe como un fenómeno esencialmente subjetivo, el cual puede conducir a estados depresivos o bien de éxtasis asociados con el autoconocimiento”.
En México, según la Secretaría de Salud (https://www.gob.mx/salud/prensa/008-en-mexico-3-6-millones-de-personas-adultas-padecen-depresion) 3.6 millones de personas adultas padecen depresión, una cifra que el organismo gubernamental afirma creció después de la pandemia como sucedió en otros países. La Organización Mundial de la Salud (OMS) (https://www.who.int/es/news/item/15-11-2023-who-launches-commission-to-foster-social-connection) señala que el problema de soledad ha aumentado tanto que creó la Comisión de la OMS sobre Conexión Social.
La nueva oficina nace “con miras a hacer frente a la soledad como una amenaza apremiante para la salud, promover las relaciones sociales de manera prioritaria y acelerar la ampliación de soluciones en la materia en los países de cualquier tipo de ingreso”, asegura la OMS y añade:
“La falta de conexión social conlleva un riesgo equivalente, o incluso mayor, de muerte prematura asociada con otros factores de peligros más conocidos, como el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la inactividad física, la obesidad o la contaminación del aire. El aislamiento también tiene un grave efecto en la salud física y mental: diversos estudios muestran su relación con la ansiedad y la depresión y cómo puede incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares en un 30 %.”
La nota completa en UNAM Global