Fonseca, verticalidad torera
Me gusta lo impredecible, multiforme y aventurado. Nada de moldes, nada de uniformes, ni de perfecciones, porque la imperfección también es bellamente perfecta. Hay quienes en el desorden tienen todo perfectamente acomodado, por eso el mundo es tan enigmático, por lo mismo tan sorprendente.
Quizá por eso mismo me embruja el toreo de Isaac Fonseca, un torero sin moldes, sin ataduras y sin ismos. Hace lo que sabe e intenta con lo que le nace del alma y de la circunstancia que vive en cada embestida, en cada lance.
Que si es pegapases, entonces me gusta por pegapases. Que si es tremendista, por eso me gusta, por tremendista. Que si no sabe torear, me encanta que no sepa torear. Que si es uno del montón, me fascina, entonces, la masa.
Las redes sociales, los corrillos taurinos, los cafés y las plazas están mayoritariamente habitadas por los que todo lo saben, los que nada les gusta, los que dicen qué debe y cómo debe hacer el torero, aunque nunca hayan enfrentado un toro, y si lo enfrentaron, simplemente no pasó nada con ellos y ahora rumian su amargura.
Isaac emociona hasta la sonrisa y hasta las lágrimas. Provoca de la mentada a la ovación, de la envidia al orgullo. Es un torero que no pasa desapercibido, Es, a pesar de los "que saben", un foco de atención para ser denostado o para ser ensalzado, para ser satanido o para ser glorificado. esto es que tiene pasta de figura, mas, el tiempo, los empresarios y los toros dirán si llega o no llega a tocar los linteles de la gloria.
Es un torero imberbe y, por ende, en proceso de formación. sin embargo, no se arredra, ni se achica y tampoco se asusta ante las grandes figuras, pero… de que le falta, le falta, y cómo no si no cumple aún dos años de torero. Sí, dije torero, y repito torero, porque torero solamente es el que enfrenta toros de más de 4 años y más de 420 kilos de peso.
Los de Fonseca son muchos valores, a saber, originalidad, singularidad, honestidad, verdad y verticalidad. ah, y por si algo faltara, carisma, ángel y hasta buena fortuna. ¿Y la técnica? no jpdan, esa se aprende, está en eso, cada día es mejor, pero él le apuesta a lo que tiene de manera natural y a otros, muy técnicos, les falta.
Me encanta, sí, la naturalidad de Fonseca, su imperfección y su conexión con la gente. Ojalá no cambie, ojalá mejore, ojalá llegue a ser figura. Y si no, pues no, al fin que así como a mí, me embruja su toreo, también embruja a muchísimos más que, según los "entendidos" no saben de toros. Nos encanta pues. Así sea.