La operación tras bambalinas
Se acabó el proceso de precampaña después de dos meses de recorridos. De hecho, concluyó— podemos decirlo así— como la primera fase del ejercicio presidencial. Si hacemos una breve o mínima descripción: Claudia ganó más terreno, mientras Xóchitl cayó en detrimento. O sea, no hay ninguna sorpresa que pueda llamar la atención. El escenario, en ese sentido, sigue prácticamente igual a cuando inició. Ahora que ya todo está técnicamente definido, la favorita es y seguirá siendo Sheinbaum. Esto se puede percibir o manifestar con el respaldo de todas las encuestas de opinión pública que se han divulgado. Inclusive, ahora que terminó este primer lapso, la abanderada del Frente Amplio por México ha cuestionado todas.
Es natural que no acepte la abrumadora ventaja de Claudia Sheinbaum. Cualquier abanderado, por estrategia, prácticamente haría lo mismo. Es parte del juego que, durante muchos años, nos ha tocado atestiguar. Prueba de ello son las entrevistas de Xóchitl. En cada una de ellas, en efecto, desacredita la metodología, inclusive de aquellas que, a la postre, han confirmado que son estudios de mucha confianza y credibilidad. Por esa razón, si hay algo que está más claro, es el paso dominante del lopezobradorismo y el triunfo contundente de la izquierda en México.
Para ello, queda claro, vendrá una etapa donde el trabajo territorial será determinante. Como sabemos, los perfiles no podrán llevar a cabo ningún acto público donde se involucre o partícipe la militancia de los partidos políticos. Por esa sencilla razón, la operación tras bambalinas será, en efecto, el manejo de estrategias para no bajar la guardia ni mucho menos relajarse en vísperas del arranque oficial. En medio de esa coyuntura, lo dijimos, está el perfil clave de Ricardo Monreal, justamente ahora que juega una función medular en la organización y planeación de las tareas.
Y Ricardo Monreal, por tercera vez consecutiva, tendrá bajo su gestión una encomienda de organización de trabajos territoriales. Es muy notorio que, de toda la estructura operativa, el zacatecano es quien mayor experiencia y sagacidad tiene en este tipo de ejercicios electorales. Tiene, a propósito, todo el respaldo de Claudia Sheinbaum, sobre todo en la toma de decisiones. De hecho, como algo fundamental, Monreal será quien lleve cabo la coordinación en 16 entidades de la República. Ese será un punto clave para seguir posicionando el nombre de Sheinbaum.
Pese a que hay un lapso de receso para la actividad electoral o la previa para que se oficialice la campaña, los trabajos territoriales, en efecto, se siguen llevando a cabo para abrir el compás y, de paso, encontrar áreas de oportunidad. En pocas palabras, este mes servirá para apretar el acelerador tras bambalinas. Se sabe que, con plena coordinación, Monreal tiene una estructura delineada, quienes tienen la tarea de reforzar el trabajo operativo-territorial.
Y como Ricardo es muy eficiente para estas comisiones que le delegó Claudia, eso se verá reflejado no solamente en el triunfo inminente de la elección presidencial, sino de la mayoría de entidades y, con ese efecto, la mayor proporción de espacios legislativos. De hecho, una vez que la meta se cumpla, ha trascendido que, para la próxima legislatura, Ricardo Monreal puede ser nuevamente el coordinador de los senadores de Morena. Todo apunta a que sea así, pues el mejor operador de México, para seguir profundizando las políticas públicas del país es él.
Estos meses serán claves para la sucesora del presidente López Obrador. Es Claudia, así se ha consolidado esa concepción desde hace muchos meses. Y Sheinbaum, para ganar con legitimidad, tiene que rodearse de aquellos que le garanticen un trabajo fino en la operación territorial. Eso implica, por supuesto, una labor tras bambalinas ahora que hay un lapso de intercampañas. Quién mejor que Ricardo Monreal. Él, desde todos los ángulos, es el mejor operador político de México.