Contexto
La Censura y los ataques presidenciales a los periodistas y los empresarios medrosos.
En su última aparición en el noticiero nocturno televisivo de Milenio “Azucena a las 10”, la periodista regiomontana Azucena Uresti dijo sentirse orgullosa porque en su espacio noticioso se escucharon “las voces de aquellos que son silenciados en este país" y dijo que salía porque “los ciclos terminan y llegan los momentos de definiciones, así que, dadas las circunstancias actuales, hoy es mi último día en esta empresa”.
Previamente, en las redes sociales había circulado el siguiente mensaje de que “hoy en la noche Azucena Uresti se despedirá de su programa de noticias en Milenio TV. Los dueños de Milenio, los señores González, no pudieron con la presión de AMLO y la despidieron”. Eso contribuyó a la especulación.
Grupo Milenio, ante las reacciones que desató la despedida de Azucena Uresti, publicó un comunicado en el que informó que su salida fue por acuerdo mutuo. “La periodista nos comunicó que en los próximos días asumirá la conducción de un programa matutino en el cuadrante radiofónico de alcance nacional. Le deseamos éxito”.
En ese contexto, en el que el presidente López Obrador desde su soliloquio mañanero y a lo largo del sexenio, se ha dedicado a insultar y atacar a medios de comunicación y a periodistas y analistas que expresan críticas hacia su gobierno, crearon las condiciones para la especulación de actores políticos de oposición, relacionada con la posible censura ejercida en contra de Azucena desde Palacio Nacional. Por ejemplo, la candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez en su cuenta de X comentó: “A @lopezobrador le incomodan los reportajes sobre la corrupción y la ineptitud de su gobierno. Mi reconocimiento por tu valentía y congruencia, querida Azucena. Un abrazo solidario y todo el éxito en lo que viene”.
Y como ella otros más. Pero la falta de precisión de Azucena Uresti en su despedida creó confusión y generó una percepción del suceso, a tal grado que el propio López Obrador se deslindó del asunto y rechazó que en su gobierno haya “censura” en contra los periodistas. Dijo:
“Una periodista habló de que se salía de un medio y se iba a otro, no que se iba a otro, sino que se salía del medio por las circunstancias especiales. Las circunstancias es un término muy bien aplicado, muy bello, yo y mis circunstancias, es mucho mejor usar esa palabra ese término, ese concepto que, por la coyuntura, decían los físicos, los que hablan físico, hasta hace poco, la circunstancia tiene más tiempo que se usa por los filósofos. Pero no hay ninguna circunstancia especial en cuanto a los medios, se garantiza la libertad a todos, nada más que la periodista, no sé si de buena o mala fe pone eso de las circunstancias y empiezan a llover los mensajes, hablando de censura. Pero es que así está el ambiente. Al poco tiempo ya el periódico, la televisora, que llegó a un arreglo con ella, aclaró, y hasta el expresidente Calderón rectificó, y ya. Pero así van a haber muchas cosas, porque hay elecciones en puerta y siempre hay nerviosismos.
¿Usted le cree? Yo tampoco.
Todo comenzó el 8 de enero pasado, cuando López Obrador criticó a la periodista, a la que llamó Susana Uréstegui, por una cobertura que hizo sobre un ataque de drones ocurrido en Guerrero. Este video provocó que la periodista hiciera comentarios en la que criticó a AMLO, a quien calificó como “misógino” y “agresor de mujeres”. Esto habría llevado a que desde Milenio le dieran un ultimátum por sus comentarios en contra del mandatario, dándole a elegir entre irse de Milenio o seguir en Radio Fórmula. La relación entre dueño de la televisora y empleada se rompió después de 20 años de trabajo continuo. Así suele ocurrir a los periodistas honestos, valientes e independientes. ¿Y los empresarios? Están en lo suyo, pues los canales de televisión y radio son concesiones del gobierno. En fin.
En otro asunto, Lenia Batres Guadarrama, quien no tiene ni siquiera un mes como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, señaló que en la documentación que presentó en su cuenta de X, antes Twitter, no vienen contabilizados seguros de vida y de gastos médicos, así como algunos apoyos que reciben ella y sus homólogos. Según la funcionaria judicial, los sueldos de los once ministros, incluyendo todo tipo de prestaciones, se puede lograr una remuneración de más de 600 mil pesos mensuales, como lo señalado en repetidas ocasiones, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La ministra sostuvo que los integrantes del máximo tribunal constitucional cuentan con una remuneración de 206 mil pesos mensuales, sin embargo, ante la postura que ha decidido tomar, ella únicamente recibirá 123 mil pesos, tras devolver 82 de mil 963 pesos a la Tesorería de la Federación que formaban parte de su salario.
Explicó que en los documentos que compartió en su cuenta de X, que no están contemplados 3 seguros, uno de vida, otro de gastos médicos mayores y uno más de separación individualizado, así como tampoco los diversos apoyos que reciben las y los ministros, entre los que se encontraban apoyos para gasolina, boletos de avión, anteojos y un fondo de ahorro.
Según dijo en un espacio radiofónico la remuneración nominal anual neta de cada uno de los once ministros para este 2024 será de 3 millones 793 mil 644 pesos, lo que equivale a 316 mil 137 pesos con 25 centavos mensuales.
Aquí la pregunta es desde cuándo los ministros tienen ese salario y si es constitucionalmente factible reducirlos, pues se trata de derechos laborales adquiridos. Pero no es con ataques verbales o medidas populistas como deben resolverse los asuntos públicos. Debe haber consenso para no vulnerar derechos o hacer una reforma constitucional, pero insisto, bajo consenso. Porque se hizo una ley de salarios máximos dentro de la administración pública federal, pero no se tocó a los poderes legislativo y judicial, ni tampoco a los organismos autónomos. Y así no se puede poder orden. El problema de López Obrador es que dice mentiras o medias verdades. Y sus testaferros también, como es el caso de Lenia Batres.