Baches, basura e inseguridad aquejan a Villas de la Loma, Morelia
MORELIA, Mich., 14 de enero de 2024.- Vecinos de la calle José Ignacio Árciga, del fraccionamiento Villas de la Loma, denunciaron la urgencia de que se pavimente dicha vialidad, además de que se atiendan otras demandas como la inseguridad y desechos que se mantienen en la intemperie.
A decir de Ariadna, habitante del fraccionamiento, durante la época de lluvias, la calle José Ignacio Árciga se convierte en un lodazal, debido a que solo una parte de la vialidad se encuentra pavimentada.
A escasas tres cuadras, esta calle conduce a la única primaria con la que cuenta el fraccionamiento, por lo que no sólo se convierte en un foco de infección para los niños, debido a los encharcamientos y la maleza de varios lotes baldíos aledaños, sino que también impide el tránsito efectivo en las inmediaciones de la escuela.
“Sí es necesario que vengan y nos pavimenten la calle porque se pone imposible caminar por aquí, principalmente durante la temporada de lluvia; ya el otro día un señor se resbaló aquí muy feo y fue a dar hasta el hospital porque ya era un viejito, los coches también se han dañado", dijo.
Carlos Eduardo, también vecino de la calle, señaló que el problema de la basura es otra de las demandas al ayuntamiento de Morelia, ya que se cuenta con pocos carretones que lleguen al sitio y que recojan la basura.
El vecino comentó que la falta de basureros en las calles y aunado a que no todos cuentan con una cultura de no tirar la basura en las vialidades, ello también se vuelve un problema de infecciones, de enfermedades, así como de fauna nociva.
Finalmente, Alicia, habitante del fraccionamiento, comentó que la inseguridad es otro problema, pues prácticamente nunca hay patrullas de la Policía que realicen rondines de vigilancia, lo que incentiva la presencia de personas que consumen sustancias incluso en la vía pública.
Aunado a ello, explicó que durante las noches, las mujeres son víctimas de hostigamiento de jóvenes y varones que beben en las calles, o por parte de pequeños grupos que parecen pandilleros, y que generan desconfianza cuando ella y otras mujeres retornan a sus hogares, tras sus jornadas escolares o laborales.