Mucha fila y peleas con la tecnología: así van recaudaciones en Morelia
MORELIA, Mich., 4 de enero de 2024.- Cientos de morelianos forman fila tras fila en las oficinas del ayuntamiento para poder pagar en tiempo el impuesto predial, servicios como el agua potable o la revalidación de licencias para expendios de abarrotes y bebidas alcohólicas.
Al menos en las oficinas administrativas de Manantiales, los contribuyentes deben formar tres filas, una afuera del complejo, la cual se divide en dos: una de adultos mayores, pensionados y jubilados; la otra de quienes no están en esta condición.
Al tiempo, ingresan a la explanada para formar otras filas, una para el predial, otra para la ventanilla del Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (OOAPAS) y finalmente se les entrega un turno para ingresar al área de cajas, donde vuelven a formar nuevas filas.
Si se va a pagar el impuesto predial y es adulto mayor, está al corriente de los pagos, tiene una sola propiedad y no está valuada en más de un millón 250 mil pesos, se tiene derecho a pagar una cuota mínima, pero hay que hacer otra fila donde se deben entregar copias de los documentos que acrediten su condición, donde le indican el monto a pagar.
Solo entonces el contribuyente puede incorporarse a una unifila para pasar a caja y pagar, ya sea en efectivo o con tarjeta, ya sea de débito o de crédito.
Sin embargo, en caso del pago del derecho al agua potable, luego de hacer fila tras fila y de confirmar innumerables veces el tipo de pago que va a hacer, porque son muchos los empleados que en cada fila se lo preguntan, llega a la ventanilla.
¡Ah!, pero justo en ese momento se deja de avanzar, porque el sistema se puso a hacer una actualización, de acuerdo con la explicación dada por la empleada del organismo paramunicipal, la cual tardaría alrededor de 10 minutos y finalmente puede usted pagar, pero no puede hacerlo si no lleva efectivo, porque la terminal no funciona y no le han llevado otra.
¿A poco no les avisaron a la entrada? Disimula ante las expresiones de desaprobación de los usuarios que intentan cumplir, pero a los que la tecnología no los deja, porque el uso de las tarjetas bancarias ya es más común que el de efectivo.