El evangelio hoy
Mi espíritu se llena de júbilo
Matth, servidor de Cristo
Dejamos que se derrame nosotros el gozo del Señor, el más intenso y puro, en un mundo terrible de caos, crimen, sangre.
En tu vida. Hay ruido de fiesta, música y griterío, pero sin gozo interior y con grandes preocupaciones, en una situación de mentira y corrupción. Tenemos hambre y miedo y un futuro incierto. Vamos en caída al la dictadura, caos y terror, sin seguridad, tranquilidad y Estado derecho. Nos mienten y quitan la libertad, paz y vida digna.
Como clamaban los judíos, todo esto nos pasa porque hemos abandonado a Dios, su respeto y amor y seguimos nuestros pecados.
Dios habla. Vamos contentos a la fiesta más grande del universo y de la historia de salvación, por la venida del Mesías.
Nuestro corazón está de fiesta porque esperamos que nazca entre nosotros el Ungido de Dios, esperado de las naciones. La espera viene de los siglos pasados. Es la misma alegría: “me alegro en el señor con toda el alma y me lleno de júbilo ante Dios” es un grito que atraviesa la Biblia: “mi alma glorifica al señor y mi espíritu se llena de júbilo…” El gozo es incontenible y desbordante.
Se repite el grito de júbilo en el nuevo testamento de Cristo: “vivan siempre alegres… Oren… Den gracias… Que Dios de la paz los santifique y que todo su ser… Se conserve irreprochable”.
El Señor de la salvación ya aparece en la noche del mundo. Los judíos pregunten si Juan es el Mesías. Juan confiesa: “yo soy la voz que clama en el desierto: enderecen el camino del Señor”. Yo bautizo con agua pero en medio de ustedes hay uno … A quien no soy digno de desatar las agujetas de sus zapatos.
Esto sucede en nuestras misas de domingo y en la Iglesia cuando la luz de la Navidad empieza ya a clarear en las iglesias y en las almas que aguardan a Jesús.
Es el momento de cantar con un alma reconciliada con Dios que espera el nacimiento de Cristo: “mi alma glorifica al señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador”.
Cristo en tu vida. La fe es vida. En las posadas y la misa de Navidad deja que el júbilo de Dios se desborde en tu vida.
Cristo en la misa. Como en Belén, Cristo aparece en misa, en la mesa de la Palabra, en la mesa del sacrificio de su cuerpo y su sangre.