¿Un Papa de izquierda?
Desde el día de su elección como romano pontífice, Jorge Mario Bergoglio suscitó inquietudes y alarmas, pero también esperanza y vientos de renovación. El primer latinoamericano en llegar al Vaticano en dos mil años de la Iglesia universal y el primero que proviene de la Compañía de Jesús.
Adoptó el nombre del Santo de Asís, y con ello mandó un mensaje de frontera. Sus dos orígenes, el argentino y el de la orden de San Ignacio, lo marcan sin duda. Bergoglio padeció las dictaduras, pero también ha vivido las teologías del sur, tan cercanas a los pobres y sus necesidades. En su mensaje muchas veces hay posiciones en controversia, pero nadie puede negar su valentía y su amor a los que menos tienen.
Con él, la doctrina social de la Iglesia ha ganado una nueva vertiente, me refiero a la defensa del medio ambiente. Son ejemplo de ello la encíclica Laudato Si, la exhortación apostólica Laudate Deum y el Sínodo de la Amazonia. Impulsar la reflexión que representó este último, revela el amplio horizonte social, cultural, ecuménico y medio ambiental del pontífice jesuita.
Francisco arremete contra un sistema económico que destruye la naturaleza. Uno donde se genera riqueza desde la explotación masiva de los recursos naturales, en especial los de los países en desarrollo. El argentino no duda en denunciar el expolio que las potencias hacen de las economías pobres. Critica tanto el populismo como el neoliberalismo.
Los tiempos de Bergoglio son intensos, pues su postura ideológica se materializa en acciones institucionales e incluso en actitudes personales. Desde la misma noche de su coronación abandonó los lujosos departamentos papales y se mudó a unas modestas habitaciones. Por otro lado, ha puesto sobre la mesa la inclusión de las mujeres en las decisiones institucionales; las uniones de parejas del mismo sexo y la posición de la Iglesia frente a los divorciados vueltos a casar.
A Francisco le han tocado tiempos difíciles, alineado por la derecha en el bando de la izquierda, varios gobiernos en el mundo, que se dicen orientados a esa ideología, se han acercado a los excesos, entre ellos el de Nicaragua, que incluso ha tenido entre sus objetivos a los sacerdotes católicos. Tal situación le atrae los ataques de algunos representantes del bando ideológico contrario, entre ellos de su controvertido paisano, el recién electo Javier Milei.
A mí me encanta el Francisco de la opción preferencial por los pobres, que en la encíclica Fratelli Tutti dice sobre el globalismo: “Favorece normalmente la identidad de los más fuertes que se protegen a sí mismos, pero procura licuar las identidades de las regiones más débiles y pobres, haciéndolas más vulnerables y dependientes. De este modo la política se vuelve cada vez más frágil frente a los poderes económicos trasnacionales que aplican el ‘divide y reinaras’”.