Francisco Garcidueñas y la comunalidad migrante
Conocí a Francisco Garcidueñas, al inicio de la administración del doctor Leonel Godoy Rangel, casi al mismo tiempo que a Pedro Fernández, los dos buenos amigos e inseparables; ellos, en una lucha permanente por mejorar la calidad de vida de la población migrante y de su familia que se queda aquí en Michoacán y México esperando a sus hijos, esposos, padres, hermanos, tíos, sobrinos que se van y desde allá mantienen vivos los usos y costumbres de sus comunidades.
Paco, en colaboración y en equipo con otros liderazgos migrantes, impulsaron importantes aportes a las normas generales y estatales, a las estructuras operativas y al diseño de la política pública para el beneficio de las y los migrantes y de sus familias; innegable la aportación que hicieron en mancuerna con muchos liderazgos y que hoy sólo se explican los aportes gracias a una lucha permanente, estratégica y generadora de una realidad de lo posible, porque hoy se trabaja no sólo por transformar una realidad objetiva o subjetiva, sino por una realidad de lo posible, ese es el avance que hoy se tiene gracias a esas contribuciones de lucha social.
Mi estimado Paco, era un hombre que promovía la centralidad, jalaba a todos los liderazgos al centro, para hacer y buscar nuevas formas de interlocución con la autoridades y con el Estado, para promover la gobernanza; a donde llegaba, buscaba las oportunidades para ayudar y tender los puentes de comunicación binacionales, pero también los de carácter municipal, local, en comunidades o en zonas habitacionales como Villas del Pedregal, por cierto, su casa por muchos años; así, con alteridad por el otro, el más desprotegido, a quienes ayudó de las injusticias y abusos de la autoridad judicial, en más de una ocasión me invitó para acompañarlo a procesos judiciales; sus acciones también alcanzaron a las poblaciones de personas originarias en el centro histórico de Morelia; él ayudo también a las juventudes, hay que preguntar a los estudiantes de varias generaciones del Colegio de Bachilleres de Villas del Pedregal, en donde de manera permanente hizo trámites con otros liderazgos y la comunidad para que hoy disfruten del plantel del Colegio de Bachilleres.
De esta misma manera vimos su trabajo en proyectos comunitarios religiosos, como la peregrinación del día 12 de diciembre; o bien los eventos históricos conmemorativos de la Independencia y Revolución de México; como también puedo recordar los espacios para el Día del niño, el Día de la Ánimas, o bien el Día de Navidad y Año Nuevo con los comerciantes del Segundo Extra; así como sus posadas.
Es decir, siempre en una lucha permanente por hacer cohesión social en Villas del Pedregal, ahí donde despertó la confianza de muchas personas que lo quieren y le respetan; la construcción de identidad y pertenencia a una comunidad de migrantes y latiendo con un corazón desde el centro del Estado Morelia; pero igualmente formando los valores de igualdad, libertad, justicia social, respeto a la dignidad y comunalidad, promoviendo la convivencia, la fraternidad y la más amplia participación social.
Hoy, Paco se nos adelantó, su energía se ha ido, pero aún se encuentra aquí su cuerpo en ese proceso de velación y con los apoyos espirituales de la Iglesia católica y acompañado de sus amigos, familias y vecinos de esa gran unidad habitacional Villas del Pedregal Territorio Migrante y Corazón de Morelia, expresado siempre por Paco, Pedro y Gerardo.
Paco ya no nos oye, pero él ya está tranquilo; él ya no siente dolor; en el fondo todos tenemos una vida que al final morirá, nos acongoja, pero esto que duele, sanará cuando pensamos que no habrá más dolor; él me comentó hace poco cuando nos saludamos frente a la Catedral de manera conjunta con la doctora Elvia Higuera Pérez, que deseaba estar bien, sin dolor.
Paco, seguirá entre nosotros, porque lo que murió fue su vida, pero no sus experiencias, su capacidad de liderazgo, sus saberes y construcción de comunalidad, eso se mantendrá vivo, permanecerá entre nosotros, mientras sepamos que es y será importante abrevar de todos los saberes que nos dejó.
Que en paz descanse mi Paco de oro.