Hablando en serio
El poder de la palabra
¿Cómo poder incidir en el gobierno y en la política? R= Teniendo poder político y poder económico; el poder económico fácil, trabajando duro y de forma honesta e inteligente, pero, ¿el poder político?...
Un camino para tener poder político es arrastrarse y así ascender políticamente hasta estar posición de poder para ejercer ese poder desde la política partidaria, otro camino es tener padrinos políticos que impulsen la carrera o formar parte de un grupúsculo que lucra con la política, una más es ser hij@ de un prominente político o gobernante o heredero de una fortuna… El punto es que para los ciudadanos de a pie, por muy abusados y trabajadores que sean, los espacios de la política, si no comprometen su independencia ética e intelectual, prácticamente están cerrados, lo que obviamente impide que l@s mejores mexicanos nos gobiernen… a menos, a menos que seas un caso excepcional como el de Giorgia Meloni, quién, de origen humilde y con la fuerza de la palabra es hoy Primer Ministro de Italia con su partido Fratelli di Italia (Hermanos de Italia) que en el 2018 obtuvo solo el 4.4% de los votos y en el 2022 encabezó la alianza ganadora con el 26%, lo que le dio el derecho a encabezar el gobierno… Pero, ¿cómo lo hizo?, desde mi óptica con dos elementos:
1.- Con una idea sencilla, clara y contundente que conecte con el ciudadano y comunique e impacte para sumar adeptos, y
2.- Con un discurso claro, veraz y categórico que convenza.
Para Giorgia Meloni la idea fue la defensa de los valores tradicionales de los italianos, la cito: "Soy Giorgia. Soy una mujer, soy una madre, soy italiana y soy cristiana", idea que conectó con la ciudadanía y la catapultó políticamente dándole una popularidad inusitada; lo segundo, se posicionó con un discurso claro y convincente defendiendo lo que cree y propone como bandera y compromiso: "¡Sí a la familia natural!, no a los lobbies LGBT, ¡sí a la identidad sexual!, no a la ideología de género, ¡sí a la cultura de la vida!, no al abismo de la muerte, ¡sí a la universalidad de la cruz!, no a la violencia islamista, ¡sí a fronteras seguras!, no a la inmigración masiva, ¡sí al trabajo para nuestros ciudadanos!, no a las grandes finanzas internacionales, ¡sí a la soberanía de los pueblos!, no a los burócratas de Bruselas! (Unión Europea)"
Igual Donald Trump, siendo un candidato antisistema, defraudador fiscal y millonario representante de una élite económica, contra todo pronóstico llegó por la fuerza de la palabra entrando a la política con una idea sencilla: “Make America Great Again” (Hagamos que USA vuelva a ser grande), comunicada con insistencia y maestría derrotó al “establishment” del partido Republicano, ganó la elección del 2016 a los demócratas y va por la del 2024.
Hoy en Argentina, Javier Milei, un ultraderechista que trae de cabeza a los “izquierdosos”, es puntero en las elecciones presidenciales que se celebran este domingo. Con un mensaje contundente contra el sistema monetario nacional (promete dolarizar la economía) y una denuncia señalando que la hiperinflación permite el robo indiscriminado de quienes hoy gobiernan; Milei, con la fuerza de la palabra, ofrece volver al camino del desarrollo económico basado en la simplificación burocrática y la libertad de empresa.
Nayib Bukele fue expulsado de su partido el FMLN y forma un partido (Nuevas Ideas) al que le niegan el registro, por lo que compite desde una pequeña alianza de centro/derecha (GANA) y sorpresivamente, estando atrás en las encuestas, con la fuerza de la palabra gana la presidencia de El Salvador enfrentado a los eternos ganadores; su mensaje: ¡La seguridad de los salvadoreños!, su discurso, el combate a la corrupción y la defensa de la soberanía evitando la intervención extranjera y así, enfrentando a las “Maras” (pandillas delincuenciales) y pintando raya con los gringos y los europeos, hoy es uno de los presidentes más queridos del planeta.
AMLO no se queda atrás, una idea presentada durante años caló hondo en el pueblo de México: “Primero los pobres”, esa idea, repetida hasta el cansancio, sustenta el compromiso político con cada uno de los 50 millones de mexicanos en situación de pobreza y exhibe una conciencia social que privilegia a las personas sobre las cosas; es decir, implica una política contrapuesta al neoliberalismo y al consumo y así, con un partido en formación, apoyado en la fuerza de la palabra arrasa en el 2018 con el PAN, el PRI y el PRD.
Interesante, la mayoría de los “políticos partidistas” fincan sus carreras en las estructuras de los partidos y el aval de las cúpulas, los “outsiders” o advenedizos, entran con desventaja pero fincan su estrategia en una comunicación eficaz y en el apoyo ciudadano y cuando ganan arrasan pues mueven sentimientos y emociones;… ya si después cumplen con lo prometido ese, ese es otro cantar.
Conclusión, bien si como candidato ciudadano o externo se tienen los dos elementos: 1.- Una idea sencilla, clara y contundente que conecte con el ciudadano y comunique e impacte para sumar adeptos, y 2.- Un discurso claro, veraz y categórico que convenza; pero, ojo, si no se tiene una “caja de resonancia” como lo es el Congreso, la voz no será escuchada, de ahí la necesidad de hacer alianza con el partido cuya filosofía es coincidente con la del grupo que respalda la candidatura para tener un diputado ciudadano... Es de este conjunto de ideas y experiencias que opino: si un grupo de líderes sociales y/o empresariales quiere tener poder político para incidir en las política públicas y acciones de gobierno en su comunidad, no requiere de grandes capitales, requiere de impulsar a personas honestas (gran palabra) con inteligencia, carácter e ideas claras que les permitan enarbolar una promesa sencilla que, comunicada con habilidad impacte a la ciudadanía y así puedan ganar elecciones, personas que, privilegiando el compromiso con México, representen intereses ciudadanos en el congreso, primero estatal y luego federal, con una propuesta de ganar/ganar para quienes tienen las riendas en la política, en el gobierno y en los partidos.
La estrategia es proponer ese recurso humano a los partidos políticos dando sustento y aportando congruencia al compromiso de ciudadanización, hoy tan de moda, lo que convencería al electorado y enriquecería el funcionamiento mismo del partido político al contar con voces independientes y críticas, bien intencionadas, que cuestionen propuestas o acciones equivocadas, dando así prestigio a la institución y a la política con rumbo al 2030, lo dicho: ¡Ganar/ganar!… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador