En Tabasco, Chiapas, Puebla y Veracruz, el pueblo decidió
Hace un par de días se dieron cita en el CEN los aspirantes a las nueve candidaturas que estarán en juego las próximas elecciones. Fue una especie de cónclave para recibir las reglas internas de participación que servirán para avalar la decisión que tome el pueblo. De hecho, tal parece que todos los que figuran en la lista final han dado el voto de confianza al mecanismo que se aplicará. Por supuesto, hubo garantías y la promesa de respetar, en todos los puntos, el resultado de los cuestionarios que aplique la dirigencia de Morena, así como dos metodologías espejo que, como sabemos, harán el cotejo.
Tras esa reunión, los aspirantes salieron con la promesa que tanto Mario Delgado, como Claudia Sheinbaum, hicieron para dar paso a la decisión que tomen las mayorías. Siendo así, el rumbo corre a cargo de los cuestionarios que se apliquen y que, desde hace meses, tienen una lectura muy clara de la opinión pública. O sea, los números son claros para ir adelantando el escenario que, por medio de los estudios, han ido alimentando una concepción para poner en el radar nombres en concreto.
Y, como esos perfiles siguen a la cabeza de las encuestas, es muy difícil que, de la noche a la mañana, reviertan un porcentaje de esa naturaleza. Ya- en este espacio de opinión- los hemos declarado virtuales ganadores. De acuerdo con una de las encuestas más certeras del país, hay una lista de aspirantes que dominan el curso interno cuando se hace énfasis a la inclinación de los militantes y simpatizantes de Morena, pero, de igual forma, en la población en general. Hablamos de la metodología en Demoscopia Digital.
Teniendo en cuenta una metodología tan confiable, hemos construido un pronóstico que, dicho sea de paso, se ha comparado con otros estudios y, de manera paralela, los datos son similares. Los casos más claros que ponderamos en este espacio de opinión, son las entidades de Puebla, Veracruz, Tabasco y Chiapas. Hemos tomado esos puntos como ejemplo, pues, en los cuatro, hay un elemento en común qué es la distancia de los aspirantes.
En Chiapas, por ejemplo, Eduardo Ramírez, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, camina solitario en las encuestas de opinión. En octubre, la ponderación aportó datos que, a estas alturas, son prácticamente definitivos. De acuerdo con la evaluación de este mes en Demoscopia Digital, la ventaja del líder de los legisladores de la Cámara Alta es de más de veinte puntos. Eso concluye que, en dos semanas más, la dirigencia de Morena, ante esa magnitud, no tiene más remedio que avalar el juicio de las mayorías. Es, en términos políticos, un asunto resuelto y, por tanto, un hecho inminente que cuenta con un respaldo mayúsculo de la opinión pública.
Lo mismo pasa con Rocío Nahle, Alejandro Armenta y Javier May. De hecho, su designación se vuelve más real. O sea, todo parece destinado a un desenlace positivo a finales del mes de octubre. Con todo lo anterior, hay reacciones en los mismos puntos donde se disputan los ejercicios. En efecto, la misma población civil ha dado por hecho que, la propia dirigencia, no tendrá problema en anunciar, siendo el encargado de avalar la decisión del pueblo.
A propósito, ahí está el punto de debate para ver si Morena, a partir de este proceso, se consolida como partido democrático. Si no es así, la Comisión Nacional de Encuestas quedará en evidencia clara de que, en este criterio, no aplicó el mecanismo o, mejor dicho, vino una determinación de último momento que cambió todo. Eso, claro está, sería un punto de inflexión y, de paso, un retroceso a la democracia.
Ahora bien, una decisión apresurada o sesgada, puede precipitar un rompimiento interno que, en este momento, no le conviene más al movimiento, por lo que pasó con Marcelo Ebrard. Sería un error político y estratégico manipular los resultados. No obstante, si el diseño es auténtico, todo apunta, debido al margen de distancia, a que Alejandro Armenta gane Puebla, lo mismo que Eduardo Ramírez en Chiapas, así como Javier May y Rocío Nahle en Veracruz.
Faltarían cinco nombres que, por lo cerrado del proceso interno, es imposible anticipar un ganador. Los demás, claro está, son cantados en Puebla, Chiapas, Tabasco y Veracruz, si es que se respeta la decisión del pueblo.